138 a 243. Un fuerte aplauso acoge el último recuento en las elecciones generales de Cepyme, la patronal española de pequeñas y medianas empresas. Jesús Terciado, el candidado oficialista promovido desde la cúpula de la CEOE, ha ganado a Jesús Bárcenas, presidente de la organización durante los últimos ocho años. Casi al mismo tiempo, Bárcenas abandona la sala de la votación por una puerta lateral junto a los empresarios de su candidatura y el equipo que lo apoyó hasta el final. 'No siempre ganan los buenos', dice a Público con semblante afable pero los ojos sospechosamente brillantes.

El triunfo de Terciado, empresario castellanoleonés, es la victoria de su promotor, Gerardo Díaz Ferrán, enemistado con Bárcenas desde hace meses y decidido a conservar la unidad inquebrantable de la que presume la patronal española. Terciado representa, a la postre, la corriente que apoya la presencia del, hasta la semana pasada, dueño de Marsans, y Bárcenas el viento de cambio. 'Al día siguiente de ganar pediré su dimisión', dijo. No ha podido ser.

Díaz Ferrán, absolutamente pletórico, repartía fuertes palmadas, abrazos y apretones de manos con los empresarios que se quedan a escuchar el discurso de investidura del que ahora pasa a representar al 90% del tejido empresarial español.

Sin embargo, la lectura de los resultados casi un 40% de los que votaron se inclinaron por la candidatura de Bárcenas no es un triunfo total. La maquinaria oficial sólo ha logrado arrancar una mayoría simple y después de una intensa campaña entre las organizaciones territoriales. Así, las primeras elecciones con dos candidatos en la historia de la patronal se saldan con dos facciones muy diferenciadas.

'Vamos a ser beligerantes contra las administraciones que nos estrujen, contra los políticos que quieran engañarnos o contra los sindicatos que no nos respeten o no entiendan lo positivo de nuestra función', avanzó Terciado, dejando clara la línea dura con la que a partir de ahora se gobernarán las pymes en materia de interlocución social.

Sabedor de lo que se avecina, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, advirtió ayer al conocer la noticia que con el relevo se acaba, quizás 'de manera irreversible, una manera de entender el diálogo social'.