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Díaz Ferrán: "Ni se me ocurre dimitir en CEOE"

El líder de la patronal no contó en la junta directiva, cuando amagó con irse, la amenaza de embargo sobre Air Comet

S. R. ARENES

Llegó con gesto apesadumbrado a la rueda de prensa convocada por sorpresa a las cuatro y media de la tarde para evitar protestas de los trabajadores de Air Comet. Pero luego Gerardo Díaz Ferrán, presidente de CEOE, se relajó algo y no tuvo reparos en dar sus explicaciones durante más de una hora a los periodistas. Culpó del cierre de la aerolínea que comparte con Gonzalo Pascual (también vicepresidente de la patronal) a la banca, incluso al ICO, y al embargo decretado por un juez británico. Muy contundente, ratificó que no piensa en dimitir como representante de los empresarios.

'Ni se me ocurre, ni se me pasa por la imaginación' dejar el cargo, dijo. Y sacó pecho: 'No hay ninguna organización en CEOE que quiera que deje mi puesto'. Obvió, sin embargo, que Cepyme, presidida por Jesús Bárcenas, es abierto opositor a su gestión y por ello Díaz Ferrán intenta sustituirlo en mayo por otro dirigente afín. Y, lo que es más importante, no quiso tener en cuenta que la confianza en el núcleo interno de la patronal hacia su poder con los graves problemas que tienen sus empresas está empezando a resquebrajarse, sobre todo desde el lunes de la semana pasada, cuando se difundió que Caja Madrid le exige un crédito de 27 millones que no paga y puede hacerle dimitir como consejero de la entidad un mes antes de lo previsto (el lunes es la fecha clave en este asunto).

El presidente de la patronal y de Air Comet escenificó el día 16 un amago de dimisión al poner su cargo a disposición de la junta directiva y del comité ejecutivo de CEOE. Como esperaba, la patronal cerró filas y ese respaldo lo blinda, de momento, para no tener que repetir su ofrecimiento. Pero Díaz Ferrán no contó ese día a los órganos de poder de la patronal que desde dos días antes, el lunes 14, ya sabía que pesaba sobre Air Comet la amenaza de un embargo que ponía en una situación límite a la empresa.

Ayer, Díaz Ferrán, en su prolijo relato de la caída de la aerolínea, explicó que ese lunes, el banco alemán HSH Nordbank, al que Air Comet debía pagos de cinco aviones, decidió denunciar a la compañía ante un tribunal de Londres. Esto significa que el miércoles, aunque no supiera cómo iba a ser la decisión del juez, conocía que se cernía una grave amenaza sobre Air Comet. Y podía, incluso, intuir que iba a decretar el embargo por los 17 millones de euros que debía porque otros dos tribunales estadounidenses ya habían embargado a la empresa unos tres millones de euros desde julio por impagos de otros aviones.

Hasta el 20 de enero, Díaz Ferrán no tendrá que dar cuentas otra vez a la directiva de CEOE. Salvo que, justo tras la Navidad, las discrepancias internas abran el debate de la sucesión.

Mientras tanto, su problema principal sigue en sus empresas. Díaz Ferrán defendió que él, su socio y sus otras compañías han inyectado 143 millones para sostener Air Comet en dos años y no metieron más dinero 'porque se ponía en peligro los restantes 17.000 empleos del grupo' que gira en torno a Marsans.

Se quejó de que 'no hemos conseguido ni un apoyo financiero', ni del ICO. También arremetió contra el Gobierno argentino, contra el que anunció un pleito por expropiarle Aerolíneas Argentinas sin pagar nada (Air Comet pedía más de 300 millones de dólares). Dijo también que 'sin la sentencia de Londres, Air Comet seguiría abierta' porque la tenía vendida al inversor holandés Arnold Leonora, pero este incumplió el contrato.

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