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El dinero vuelve a fluir para España

El Tesoro y el sector privado han logrado captar 35.000 millones de financiación desde la publicación de los test de estrés

PILAR BLÁZQUEZ

Banco Popular, 700 millones de euros. Banesto, 600 millones. Banco Sabadell, 1.000 millones. Telefónica, 1.000 millones. La Caixa, 1.000 millones. BBVA 1.250 millones. Ferrovial, 488 millones... Y así hasta sumar unos 11.000 millones de euros. La banca y las grandes empresas españolas se han dado en las últimas semanas un festín de crédito internacional por el que nadie hubiera apostado ni un céntimo antes de las vacaciones de verano. Sobre todo, porque desde los ataques especulativos de mayo, cuando los mercados demandaban al Gobierno un plan de ajuste contra el déficit, el grifo del crédito para las entidades españolas ha estado prácticamente cerrado.

Este rally por captar dinero tiene su justificación. 'Los bancos quieren aprovechar que es la primera vez que se abre una ventana de liquidez en varios meses. Además, en este caso, anticiparse es importante. Los primeros en emitir son más atractivos y, a medida que pasa el tiempo, los inversores pueden llegar a saturarse de títulos españoles', explica Ignacio Cantos, director de renta variable de Altas Capital.

Las empresas han logrado casi 11.000 millones en unas semanas

Efectivamente, las principales empresas españolas han aprovechado el momento en que, por primera vez en muchos meses, la imagen de España ha dejado de ser la de un sin techo con harapos y las especulaciones interesadas sobre una suspensión de pagos, que tanto se encargó de difundir la prensa internacional, se han desvanecido.

El cambio de imagen es consecuencia del resultado de las pruebas de estrés de la banca europea. 'España hizo un esfuerzo especial, mucho mayor que el resto de países, para incluir hasta el 95% de lo bancos. Y eso ha dado resultados', asegura José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. Dicho examen mostró que las necesidades de capital del sector financiero español apenas superaban los 2.000 millones, lejos de las cantidades astronómicas que habían barajado analistas y medios internacionales. Además, las provisiones de bancos y cajas superaban los 20.000 millones.

Desde final de julio, las emisiones de deuda han captado 24.000 millones

El primero en notar la vuelta de confianza fue el Tesoro Público. Incluso en los peores momentos de la crisis de confianza, España había logrado colocar su deuda publica; eso sí, a cambio de subir el tipo de interés para compensar el riesgo. Todo cambió desde el 20 de julio, tres días antes de la publicación oficial del resultado del test de estrés. Ese día, el Tesoro colocó más de 6.000 millones en letras a 12 y 18 meses a un precio inferior a la emisión anterior de similares características.

Era la primera vez desde abril que bajaban los intereses de la deuda pública. Desde entonces, el recorte en los tipos se ha repetido con los 24.064 millones que el Tesoro ha conseguido colocar entre letras y bonos. En el último caso, el pasado 2 de septiembre, el recorte del tipo de interés estuvo cercano al 20%. Así, el indicador de riesgo país, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán, está en los 167 puntos básicos, un 24% por debajo del máximo que marcó el 16 de junio (pero es todavía muy superior a los 60 puntos de enero) .

La recuperación de la credibilidad de la deuda pública tiene efecto directo en las posibilidades de financiación del sector privado. Entre otras cosas, porque este suele presentar los títulos del Tesoro como garantía para conseguir financiación.

La prima de riesgo española ha caído hasta los 167 puntos básicos

El efecto en el sector privado también se vio de inmediato. BBVA abrió la veda de las emisiones privadas primero con una emisión de 2.000 millones en cédulas hipotecarias y luego otros 1.000 millones en bonos. Bankinter estrenó el mercado para las entidades medianas. Entre las últimas semanas de julio y los primeros días de septiembre, la banca y las empresas españolas han captado 11.625 millones, poniendo fin a más de dos meses de una sequía casi absoluta, como la que ya habían sufrido tras los ataques especulativos de febrero, en plena crisis griega. En lo que va de año, el sector privado ha captado 60.000 millones. La mayoría, en los primeros meses de 2010 y en las operaciones realizadas desde final de julio.

Ante esta ola de confianza, nadie quiere perder la oportunidad de guardar dinero para cuando no haya. Incluso ahora que el precio para los bancos (no para el resto de empresas) es mucho más caro que a principios de año. Es el efecto de la crisis que, tras un periodo de hambruna, hasta un trozo de pan es un banquete, aunque haya que pagarlo a precio de caviar.

En este caso, el sobrecoste merece la pena, porque la posibilidad de vuelvan las dudas está muy presente. 'Ha vuelto la sensatez a los mercados, aunque no se descarta un nuevo brote neurótico en otoño, si bien, en principio, no debería se tan fuerte', asegura Juan Ignacio Crespo, director de Thomsom Reuters.

Italia y España se han descolgado del riesgo de los países periféricos

En una entidad financiera apuntan que 'todo dependerá de si el Gobierno es capaz de mantener la credibilidad sobre las medidas de ajuste. Decisiones como la de retocar los recortes en infraestructuras no son un buen camino'. De hecho, algunos sostienen que el anuncio del presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a mediados de agosto de recuperar 500 millones de inversión fue lo que hizo crecer en esos días el riesgo país.

En cualquier caso, el verano ha servido para dibujar una situación diferente en el mapa de riesgo europeo. Italia y España se han descolgado de la mala imagen del resto de países periféricos. Ahora los problemas se centran en Grecia, Portugal y sobre todo Irlanda. 'A estos países los está penalizando el tamaño de su economía. Al ser más pequeños, tienen menos capacidad de recuperación', explica José Carlos Díez.

El precio de la deuda pública ha llegado a caer casi un 20%

Donde más se celebra la vuelta de la confianza es en el mercado interbancario (aquel en el que la entidades financieras se prestan dinero para financiarse en condiciones normales). En los peores meses de la crisis de la deuda en mayo, nadie quería prestar a los bancos españoles. La desconfianza era doble: no se fiaban de la salud de las entidades, ni de las garantías que presentaban (que técnicamente llaman colateral o repo), que no eran otra cosa que deuda pública española.

Ahora, gracias a los test de estrés, banca y deuda han recuperado credibilidad. Pero hay algo más que ha convencido a los bancos internacionales para prestar a sus colegas españoles en el llamado mercado interbancario de repos (en el que los préstamos se hacen cuando hay garantías que los cubren, como deuda pública o cédulas hipotecarias): que las principales entidades financieras se han animado, después de años de ausencia, a formar parte de las cámaras de compensación europeas (son una especie de intermediario entre prestamista y prestatario que asegura que siempre habrá una contrapartida para el dinero prestado).

Según un operador del mercado interbancario, 'esta decisión ha dado un gran tranquilidad a la banca internacional, que ha vuelto a prestar, aunque las operaciones a largo plazo todavía escasean'.

Por primera vez en meses, la banca española puede financiar sus necesidades de liquidez a corto plazo a un precio mucho más barato (0,3%) que el BCE (1%), lo que supone un paso más en la vuelta a la normalidad del mercado y una menor dependencia de la autoridad monetaria europea.

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