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La economía social crea empleo en un año laboral crítico

En 2009 generó 25.698 puestos de trabajo y 2.300 empresas. Antes de final de año España aprobará una ley pionera en la UE

ANA REQUENA AGUILAR

Lo primero, las personas. Parece un eslogan comercial, pero es la premisa de la economía social, una forma diferente de actividad empresarial que prima, ante todo, el mantenimiento del empleo y que ha conseguido resistir a la crisis gracias a unos principios y una gestión diferentes. El Congreso de los Diputados está a punto de aprobar una ley que definirá y dará forma al sector, la primera de este tipo en Europa.

Las cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, empresas de inserción laboral, centros especiales de empleo o cofradías de pescadores son algunas de las fórmulas empresariales que se encuentran bajo el paraguas de la economía social y que dan empleo a casi 2,5 millones de personas. Aportan, además, entre el 7 y el 10% del PIB.

'Son entidades que trabajan con el capital pero no para el capital'

En 2009, año crítico para el mercado laboral español, consiguieron crear 25.698 puestos de trabajo, 2.300 empresas y generar una facturación conjunta de 92.157 millones de euros, según datos de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), que aglutina al 97% del sector. 'Somos más transparentes, sostenibles, no pretendemos maximizar beneficios en tiempo récord sino que el beneficio perdure. Nuestro compromiso está en el empleo, en crear desarrollo local', asegura el presidente de CEPES, Juan Antonio Pedreño.

'Son entidades que trabajan con el capital pero no para el capital', explica José Luis Monzón, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Valencia y presidente del Centro Internacional de Investigación e Información sobre la Economía Pública, Social y Cooperativa (CIRIEC).

Estas entidades aplican fórmulas para adaptarse a los cambios muy parecidas a las que ponen en marcha las empresas convencionales en países como Alemania: rebajar la producción, reducir el número de horas trabajadas y recortar los salarios. 'Esta cultura de la responsabilidad y del riesgo compartido existe en la economía social, pero apenas en el resto de empresas, menos aún en España, donde hay una desvinculación total entre los resultados de la empresa y los trabajadores', afirma Monzón. Esta flexibilidad interna hace que sean mucho más resistentes a los vaivenes de la economía que las compañías convencionales.

Aplican fórmulas de flexibilidad interna para evitar despidos a toda costa

Las cooperativas de trabajo asociado son una de las ramas más fuertes de la economía social pero tampoco se libran de la crisis. La directora de la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado (COCETA), Paloma Arroyo, explica que las cooperativas están reduciendo salarios, diversificando su producción, rebajando precios e intensificando la formación de sus trabajadores como forma de afrontar las dificultades.

A pesar de ello, el número de cooperativas se mantiene cercano a los 17.600, un dato muy parecido a las 18.000 que había antes de la crisis. 'En las cooperativas es muy difícil que haya extinciones o que se eche a los socios a la calle precisamente porque todos forman parte de la misma masa: eres socio, conoces cómo funciona, tienes acceso a todos los documentos y, al mismo tiempo, eres trabajador, así que las decisiones son mucho más solidarias', asegura Arroyo.

Durante la crisis, muchas empresas convencionales se han reconvertido en cooperativas para evitar los despidos y el desempleo. En el primer semestre de 2010 el número de cooperativas ha crecido un 13% respecto al mismo periodo de 2009. La directora de COCETA destaca que la cifra sería mayor si la falta de liquidez no fuera tan asfixiante y si las administraciones colaboraran más.

El caso de las empresas de inserción laboral es parecido.En 2009 aumentaron su facturación un 10% y crearon empleo. 'Al haber crisis en el mercado ordinario, o creamos empleo nosotros o nuestros colectivos no tienen forma de entrar en el mercado laboral', afirma la presidenta de la Federación de Asociaciones de Empresas de Inserción (FAEDEI), Nieves Ramos. Los problemas de liquidez también les acorralan, pero han recurrido a la banca ética para financiarse. Además, sus beneficios se reinvierten en las empresas. 'Hemos demostrado que tanto en época de bonanza como de crisis nos mantenemos', dice.

España está a punto de ser pionera con una Ley de Economía Social que será la primera de la UE. La Comisión de Trabajo del Congreso de los Diputados trabaja ya en ella y previsiblemente estará aprobada antes de final de año. Cada rama de la economía social seguirá regida por su propia norma, pero esta ley establecerá un marco general para todas y declarará este tipo de economía 'de interés general'.

La economía social tendrá derecho a estar representada en los órganos de la Administración del Estado que le competan, lo que podría afectar, por ejemplo, a la estructura del diálogo social. Obligará a crear un 'catálogo' de entidades de economía social que permitirá tener información estadística. Todo el sector se muestra satisfecho con la ley, que considera un primer paso al que deberán seguir otros.

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