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Una edición de "Tres tristes tigres" acerca la novela más audaz del "boom"

EFE

En 1967 Guillermo Cabrera Infante publicó su novela "Tres tristes tigres", uno de los hitos del "boom" latinoamericano. Ahora, los profesores Enrico Mario Santí y Nivia Montenegro han preparado una edición crítica de esta gran obra que refleja como ninguna otra la cultura popular cubana de los 50.

Publicada por Cátedra, dentro de su prestigiosa colección "Letras Hispánicas", la nueva edición de "Tres tristes tigres" recuerda las numerosas vicisitudes por las que pasó esta obra y contiene sendos apéndices con los cortes de la censura franquista y los que el propio autor realizó en el "Bound Manuscript" de Princeton.

La novela se presentará hoy en la Casa de América, en un acto en el que intervendrán Montenegro, catedrática de Literatura Hispanoamericana en Pomona College, en California; Santí, catedrático de Estudios Hispánicos en la Universidad de Kentucky; el cineasta Orlando Jiménez Leal y la escritora Rosa Pereda.

Santí y Montenegro son cubanos exiliados en Estados Unidos desde hace más de cuarenta años y están casados. Como explicó hoy el primero en una entrevista con Efe, esta edición forma parte de una serie de Cátedra centrada en clásicos de la literatura hispánica.

En todos ellos se parte de "un texto fiable y se elabora un aparato crítico que facilite la comprensión del autor y la de la obra", y se ofrece además una bibliografía manejable para estudiantes universitarios y especialistas en la materia.

En el caso de "Tres tristes tigres", "un monumento de juegos de palabra" porque, como el propio autor decía, está escrita en "cubano", "era indispensable facilitar un aparato filológico que permitiese entender muchos giros", indicó Enrico Mario Santí.

"Lo sorprendente de esta obra es que, a pesar de ese idioma secreto de la novela, siempre ha sido un éxito de ventas y un libro favorito dentro del '"boom" de la novela latinoamericana, en el que hubo otros títulos monumentales desde el punto de vista de la experimentación lingüística y de la forma". Su publicación coincide con la de "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez.

Como recordó el profesor de Kentucky, cuando a Cabrera Infante le preguntaban si estaba de acuerdo con el sentimiento trágico de la vida del que hablaba Unamuno, él decía que "no había que olvidar el sentimiento cómico de la vida".

Y ese lado cómico está presente en "Tres tristes tigres", una novela "muy divertida y llena de humor" pero, también, "un libro triste, porque refleja un mundo perdido".

Montenegro y Santí empezaron a preparar "este primer intento de edición crítica o comentada" años antes de que Cabrera Infante falleciera en 2005 y desde el primer momento contaron con la colaboración del escritor cubano, que les facilitó documentos y les ayudó a resolver las dudas que el texto les suscitaba.

Tras la muerte del autor de "La Habana para un infante difunto", fue Miriam Gómez, su viuda, la que siguió colaborando con ellos y les sugirió "muchas correcciones".

Para este libro, Montenegro y Santí han partido de la edición conmemorativa que en 1997 publicó Seix Barral y que ya incluía los textos cortados por la censura franquista "por sus referencias políticas y sexuales", aunque, a diferencia de aquella, en la de Cátedra sí se señalan los fragmentos suprimidos.

"Tres tristes tigres" es una obra compleja y, para facilitar su comprensión, los preparadores tratan de captar la significación del libro "en cuanto a documento arqueológico de esa cima de la cultura popular que fueron los años 50 en Cuba".

Los distintos procesos de elaboración de la novela y la documentación de la censura son algunas de las cuestiones que también cuentan los preparadores en sus respectivas introducciones.

Además, Santí y Montenegro han manejado el manuscrito de Princeton, en el cual "hay mucho material que Cabrera Infante añadió a la novela en su reelaboración".

La nueva edición constituye una buena ocasión para adentrarse en una de las novelas más importantes de Cabrera Infante, el escritor que "representa mejor ese espíritu lúdico, juguetón, experimental, actual, moderno, y el lugar que ocupa Cuba dentro de esa modernidad", aseguró Santí.

Ana Mendoza

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