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Eduardo Mendoza dice que "la cultura está politizada en todas partes"

EFE

El escritor Eduardo Mendoza dijo a Efe en una entrevista en la ciudad alemana de Fráncfort que "la cultura está politizada en todas partes" y que "en Cataluña, la lengua tiene un componente político".

Mendoza, que presentó la pasada noche en la capital financiera de Alemania la edición en alemán de su última novela, "Mauricio o las elecciones primarias", opinó que "la Feria del Libro de Fráncfort hizo una convocatoria poco clara" en su último certamen, que contó con la cultura catalana como invitada.

Pregunta: ¿Cree que la cultura en Cataluña está politizada?

Respuesta: La cultura está politizada en todas partes y en cada lugar tiene unas formas de politización. En Cataluña, la lengua tiene un componente político que no tiene en el País Vasco, donde el nacionalismo tiene una virulencia mayor pero no se plantea el problema lingüístico.

Cataluña tiene la convivencia de dos lenguas literariamente importantes, con una larga trayectoria, con una vitalidad presente real y es inevitable que surjan estos conflictos.

P: ¿Por qué no vino a la última edición de la Feria del Libro de Fráncfort?

R: En su momento, dije que no quería hablar de esto porque no me parecía objeto de polémica. La Feria de Fráncfort hizo una convocatoria poco clara porque no dijo claramente lo que quería. Dijo que quería invitar a la cultura (catalana), pero una feria de libros no invita a una cultura.

Una cultura son muchas cosas y eso no estaba invitado. Estaba invitada una literatura y obligaba a definir unas cosas muy difíciles de definir. ¿Es la lengua lo esencial en la literatura? ¿La geografía? Si invitan a la literatura catalana, entendiendo por ella la escrita en catalán y castellano en Cataluña, no habrían podido ir los valencianos, los mallorquines o los andorranos, cosa que considero absurda.

Al final, lo mejor fue lo que se hizo, que fuera la literatura en lengua catalana, que no ha tenido la oportunidad hasta ahora. El español es una de las grandes lenguas, junto con el inglés, y para de contar.

P: ¿Dónde está el origen de la polémica?

R: Hubo una convocatoria que incidía en una polémica académica, que puede teñirse de política pero que es académica, sobre si lo que escribo pertenece a la literatura española o catalana escrita en español o a ninguna. ¡Yo qué sé!¡Qué más da pensar que hay una literatura española y otra peruana y otra argentina o que todas son literatura española!

P: Hubo grupos que dijeron que la Generalitat había desplazado a los escritores catalanes que escriben en castellano. ¿Se sintió usted desplazado?

R: No, no me siento desplazado nunca porque no quiero que me inviten a nada. Ya sé lo que soy y no quiero ir representando a nada más que a mí mismo. Soy muy individualista y lo único que quiero es que me dejen en paz. No me molestó pero habría preferido que no se me singularizara en el momento de citar a los ausentes. Hubo muchísima gente que no estuvo presente en Fráncfort y no sé por qué tenía que ser yo o Juan Marsé o Javier Cercas o Carlos Ruiz Zafón.

También es cierto que fuimos invitados, después de que se hubieran barajado muchas posibilidades, y para no complicar las cosas pensamos que era mejor declinar la invitación.

P: ¿Lo hicieron todos de mutuo acuerdo?

R: No, no hubo una asamblea constituyente. Yo dije que no y, por lo visto, los demás también dijeron que no.

P: ¿Cómo valora la gestión de la Generalitat de la participación de Cataluña en la Feria del Libro de Fráncfort?

R: No lo sé, no estuve. Dependerá de los resultados. Como no estuve, no sé si fue buena o mala. En definitiva, es que me trae sin cuidado. Son tormentas en un vaso de agua que han pasado pero el periodismo, como es tan voraz, a veces tiene que alimentarse de animales grandes y pequeños.

P: ¿Hasta cuándo va a continuar la influencia del periodismo en la novela?

R: No hay nadie que pueda decir lo que pasará en el futuro, sobre todo, porque siempre que se han hecho predicciones, las cosas han ido por otro lado. Creo que el periodismo, que hasta hace poco ocupaba un lugar muy específico, en estos momentos ha invadido un gran territorio.

El discurso intelectual individual y colectivo se realiza en el periodismo. Antes, el periodismo informaba y, a veces, era el órgano de un determinado sector político o religioso, pero no tenía este proyecto de englobar la sociedad. De hecho, se podría vivir sin leer más que periódicos o escuchar la radio o la televisión porque su campo de acción es total. Esto tiene que influir forzosamente.

P: Hace diez años planteó la muerte de la novela, un tema sobre el que luego ha vuelto a hablar. ¿Cuál ha sido la evolución del género desde aquella declaración?

R: Yo no dije que la novela hubiera muerto, sino una forma particular de novelar y la evolución me ha dado la razón. No era el único que decía que, en estos momentos, es infrecuente una novela convencional, de las que yo decía que no podían seguir viviendo.

Siempre quedan novelas arcaicas que son "best-sellers" pero la de actualidad es una novela reportaje, en la que hay una mezcla de realidad y ficción, de periodismo y relato, de historia, de conocimiento, de información.

P: ¿Cuáles son sus próximos proyectos literarios?

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