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Las eléctricas se han embolsado 21.600 millones por las subidas de la luz durante la crisis

Un consumidor medio ha pagado 360 euros más en 2013 que en 2007. A pesar de ello, el déficit de tarifa ronda ya los 30.000 millones.

VICENTE CLAVERO

Las sucesivas subidas de la luz registradas en España han permitido ingresar 21.600 millones adicionales a las compañías eléctricas desde que se inició la crisis económica. El encarecimiento del recibo entre 2008 y 2013 ha sido superior al 60%, al pasar de 50,20 euros a 80,47 de media mensual, según datos proporcionados por la organización estatal de consumidores Facua.

El precio de la electricidad está siendo objeto de una fuerte controversia en nuestro país tras el resultado de la subasta celebrada la semana pasada. El Gobierno, a través de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), ha decidido invalidarla, alegando una supuesta manipulación, para evitar que los usuarios tuviesen que pagar un 11% más desde enero. Esa decisión ha dado pie a un duro pronunciamiento de las grandes comercializadoras (Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa, Hidrocantábrico) contra el ministro de Industria. La patronal que las agrupa, Unesa, ha negado la existencia de irregularidades en la subasta y ha acusado a José Manuel Soria de endosarle las consecuencias de sus errores regulatorios.

El trasfondo de este enfrentamiento es la incapacidad del Gobierno para encontrar una solución al llamado déficit de tarifa, que resulta de la diferencia entre lo que se ingresa por el recibo de la luz y los costes reconocidos del sistema. Puesto en marcha cuando Rodrigo Rato era vicepresidente económico para facilitar la lucha contra la inflación, ese mecanimo ha generado ya una deuda de 26.000 millones de euros. Para 2013, el déficit de tarifa se estima en 3.600 millones, que Soria se comprometió a enjugar con cargo a los Presupuesto Generales del Estado en su recientemente aprobada ley de Sector Eléctrico. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sin embargo, se negó en el último momento por temor a que complicara el objetivo de reducir el déficit público al 6,5% impuesto por Bruselas.

La reacción del mercado a este incumplimiento tuvo lugar en la subasta trimestral de la semana pasada, que se saldó con una subida inusual, vetada de inmediato por Gobierno. Ahora, Industria está buscando contrarreloj una fórmula distinta de fijación de los precios de la electricidad, con el consiguiente enfado de las empresas, que no están de a acuerdo con esta injerencia del Gobierno. De todas formas, la subasta trimestral sólo afecta al 45% de lo que paga finalmente el consumidor en su recibo. El 55% restante son costes regulados, conocidos también como 'peajes' (transporte, distribución, primas a las renovables, servicio extrapeninsular, devolución del déficit tarifario), y los determina el Gobierno.

Pues bien, la conjunción de ambos elementos ha llevado a que el precio de la electricidad sea actualmente en España el tercero más alto de la Unión Europea, sólo superado por Chipre e Irlanda. Su espectacular subida en los últimos seis años tiene, además, el agravante de haber coincidido con una brutal caída de la renta de las familias, ocasionada por el crecimiento del paro y el retroceso de los salarios.

Para las eléctricas, en cambio, el encarecimiento del recibo de la luz ha supuesto una importante fuente de ingresos, que les ha servido para compensar en parte el descenso de la facturación en el mercado libre. Un mercado donde se han dejado sentir con fuerza los efectos de la mayor competencia entre ellas y el descenso de la actividad económica en las grandes empresas.

Los clientes normales, los veinte millones entre hogares(la mayoría) y pymes incluidos en la Tarifa de Último Recurso (TUR), que no admite negociación con los suministradores, han pagado este año, por término medio, 360 euros más que antes de la crisis. Lo que se traduce en una facturación adicional superior a los 7.000 millones de euros para las eléctricas, comparada con lo que ingresaron en 2007 por el mismo concepto. Teniendo en cuenta que en los seis años transcurridos desde entonces el precio se ha encarecido una media de 180 euros anuales, las empresa suministradoras se han embolsado 21.600 millones más en el conjunto del periodo.

Eso ha contribuido a que las eléctricas españolas se mantenga, pese a las gravísimas circunstancias económicas que atraviesa el país, entre las más poderosas de Europa. Por volumen de negocio, Iberdrola es la quinta del ránking de la zona, con 34.200 millones de euros en 2012; Endesa, la sexta, y Gas Natural Fenosa, la décima.

Pero más significativa es su posición por resultados: Iberdrola, que obtuvo 3.557 millones de beneficios el año pasado, ocupa la segunda posición en Europa y Endesa (2.771 millones), la tercera.

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