Al menos 23 personas murieron y otras 59 siguen desaparecidas tras el paso por el norte y este de Filipinas del tifón "Conson", el primero de la temporada de tormentas, según indicaron hoy fuentes oficiales.

El Centro Nacional de Coordinación de Desastres no ha confirmado aún si tres cadáveres hallados en la provincia de Quezon, al este, son consecuencia del tifón, lo que elevaría a 26 el número de muertos.

Respecto a los desaparecidos, 51 de los 59 proceden de Camarines y la isla de Catanduanes, situada en el extremo oriental del archipiélago en la que dos pesqueros decidieron salir a faenar pese a la prohibición expresa de los guardacostas.

Otras seis personas desaparecieron en la provincia de Bataan, unos 100 kilómetros al oeste de Manila.

"Conson" tocó tierra el martes en Filipinas con vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 150, pero pierde fuerza y hoy ya se ha convertido en tormenta tropical con vientos máximos de 120 kilómetros por hora.

La tormenta causó grandes destrozos en la red eléctrica del país y dejó sin electricidad durante más de doce horas a toda la isla de Luzón, en la que se encuentra la capital del país, pero ya se ha restablecido el suministro en el 80 por ciento del territorio.

También destruyó por completo 370 viviendas y causó destrozos parciales en otras 2.900, especialmente en algunas provincias, como Laguna, donde se declaró el estado de calamidad al estar inundados 27 de sus 30 municipios.

Amplias zonas de la capital siguen anegadas, sobre todo en las áreas más empobrecidas donde los sistemas de drenaje están colapsados por la basura.

El país vuelve paulatinamente a la normalidad y las clases ya se han reanudado en casi todos los colegios, mientras que los aeropuertos funcionan sin incidencias.

Cada año, entre 15 y 20 tifones pasan por Filipinas durante la estación lluviosa, que comienza entre mayo y junio y finaliza en octubre o noviembre.