Emily Blunt (El diablo viste de Prada) es Gwen Conliffe, la sufrida enamorada del célebre licántropo Lawrence Talbot (Benicio del Toro) en la nueva versión del clásico de terror de Universal, El hombre lobo. Después de haber encarnado a la joven reina Victoria y ahora haber tratado de modernizar el cliché de la mujer histérica del cine de género, Blunt se lanza al gamberrismo al traer de vuelta, junto a Jack Black y Jason Segel, Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift.

1 -¿Por qué traer estos dos clásicos de vuelta?

Bueno, en el caso de Los viajes de Gulliver es una comedia brillante y desternillante al estilo Jack Black. No creo que los fieles a Swift estén muy contentos. En cambio, en El hombre lobo hemos intentado ser fieles a la versión clásica, y eso se nota en la elección por el maquillaje por encima de los efectos. Me gustan las criaturas del cine de terror, hay algo clásico en su lucha contra el lado oscuro.

2-Usted retrata a una mujer que se aleja del cliché del personaje femenino, que gritaba, y poco más, en el cine de terror clásico.

Estoy muy contenta de no haber hecho el grito. No creo que la gente lo haga cuando está asustada. Más bien se quedan paralizados o se desmayan. Le dije al director que el grito clásico de terror me parecía cursi y que no quería hacerlo.

3-¿Cómo trabajó mano a mano con Benicio del Toro?

Es muy instintivo, y eso hace que cada secuencia resulte impredecible. Odia los clichés, siempre se aleja de ellos y es una de las personas más perceptivas que he conocido.

4-Si hubiera secuela, ¿participaría en ella?

Quizás sí. Va siendo hora de que sea la mujer la que se convierta en la bestia.