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La enfermera de Rayan carecía de especialización

El Consejo de Enfermería acusa al hospital Gregorio Marañón de no cumplir la ley

SUSANA HIDALGO

La enfermera que se equivocó al alimentar al bebé Rayan no poseía las competencias espefícas para prestar cuidados en la unidad de Neonatología.

Así lo denunció este miércoles el Consejo General de Enfermería en la presentación del informe que este organismo ha realizado sobre las circunstancias de la muerte del bebé, que falleció el pasado 12 de julio por un error en la administración de su alimentación. Rayan era hijo de Dalila, la primera víctima en España por nueva gripe.

El informe, elaborado por un grupo de expertos, es “independiente” y está abierto a la espera de que la enfermera afectada pueda hacer declaraciones. “Ahora mismo no podemos hablar con ella por prescripción médica y jurídica”, señaló el presidente del Consejo, Máximo González Jurado. A falta de la versión de la máxima afectada, el Consejo de Enfermería cargó ayer las culpas contra ella y contra el gerente del hospital Gregorio Marañón de Madrid (donde ocurrieron los hechos), Antonio Barba.

González Jurado aseguró que el Hospital Gregorio Marañón incumple la normativa sobre formación de enfermeras de la Unidad de Neonatología. “Para el ejercicio de esta labor en esta unidad tan específica son necesarios dos años de experiencia”, afirmó González Jurado, quien criticó el hecho de que la dirección del hospital enviase a esta unidad a una enfermera sin esa competencia específica. “Ella tampoco debió aceptar ir”, agregó.

El texto del Consejo concluye que la enfermera “no debió ser enviada a dicha unidad por parte de la supervisora al carecer de la cualificación suficiente” y que ella “nunca debió asumir” una responsabilidad para la que “no disponía de competencia profesional suficiente”.

El informe de los expertos también arremete contra el “pernicioso” sistema de contratación por bolsa única de trabajo que no recoge los criterios de capacitación y competencia para acceder a puestos de atención avanzada.

El pasado 12 de julio por la tarde, la enfermera, que tenía un contrato temporal en el Gregorio Marañón, acudió a la unidad de Neonatología porque quería aprender. Otras dos enfermeras la tutelaban, según los inspectores de la Comunidad de Madrid.

Sobre las 21 horas, ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Neonatología un bebé grave, por lo que las dos enfemeras que acompañaban a la recién llegada se volcaron en atenderle. Entonces, la enfermera afectada se ofreció a alimentar a Rayan y a otro de los bebés ingresados. Fue entonces cuando se produjo el error fatal. Sobre este punto, sigue habiendo confusión porque falta el principal testimonio.

No se sabe a ciencia cierta si la enfermera tomó ella misma la decisión de alimentar a los bebés o si fue inducida a ello. “Ella estaba allí para familiarizarse [con la unidady no debió asumir ninguna responsabilidad]”, afirmó el máximo representante del gremio.

Además, el Consejo de Enfermería volvió a arremeter contra Antonio Barba, gerente del Gregorio Marañón. “Tres horas antes de que la jefa de enfermeras pudiese hablar con la afectada, él ya estaba hablando de que se había producido un terrorífico error”, señaló.

González Jurado también criticó el hecho de que Barba asegurase a los medios, tras producirse el suceso, que la medicación estaba bien etiquetada. “La directora de enfermeras de la unidad señaló que la leche (una fórmula láctea específica para prematuros), al ser de color blanco, no se rotula, porque por el color no da lugar a confusión”, concluyó.

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