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ENFOQUE-Vacuna cáncer de útero, esperanza para mujeres africanas

Reuters

Por Katrina Manson

El único centro detratamiento para el cáncer que existe en Tanzania está tanabarrotado que Rukia Kondogoza, envuelta en su brillante pañoafricano, tiene que compartir la cama con otra paciente.

Granjera del sur rural del país, esta mujer de 40 añostiene cáncer cervical o de cuello de útero, la mayor causa demuertes femeninas por tumores en el continente y una enfermedadque mata a una africana cada 10 minutos.

De las 500.000 mujeres que son diagnosticadas con cáncercervical cada año en todo el mundo, el 80 por ciento vive enpaíses en desarrollo y 71.000 de ellas, en Africa, según laOrganización Africana para la Investigación y Capacitación enCáncer.

"Esta enfermedad del cáncer es peor que la malaria debido ala gran hemorragia" que produce, dijo Kondogoza, que es uno delos 7.500 nuevos casos registrados en Tanzania anualmente.

"Cuando el doctor me dio la noticia yo sólo la acepté.Sabía que no podía ignorarla porque estaba allí en mi cuerpo",agregó la mujer.

Sin embargo, muchas otras mujeres sí la ignoran.

El Ministerio de Salud y Bienestar Social de Tanzania diceque sólo el 10 por ciento de los casos llega alguna vez alúnico centro oncológico del país, el Instituto del Cáncer OceanRoad, en busca de tratamiento.

Aún así, el instituto ubicado en un edificio colonialalemán del siglo XIX, con cuatro salas y hasta 200 pacienteshospitalizados por vez, está extremadamente sobre exigido. Lospacientes y familiares atestan el lugar, incluso acostadosafuera en la suciedad.

"Ahora mismo, tenemos 46 pacientes internados pero sólo 28camas", dijo la enfermera Felister Massawe de la sala dondeestá Kondogoza.

"Los pacientes son muchos pero las camas son pocas, por esoalgunos tienen que compartir la cama", agregó la enfermera.

DIAGNOSTICO TARDIO

Causada por un virus transmitido por contacto sexual -elvirus del papiloma humano o VPH-, unos 200 millones de mujeresafricanas están en riesgo de desarrollar esta forma de cáncer.Los preservativos no son de gran ayuda, ya que las áreas que noson cubiertas por el condón podrían quedar expuestas al virus.

Para cuando aparecen los síntomas del cáncer cervical, comola hemorragia después del coito, con frecuencia suele serdemasiado tarde.

El Ministerio de Salud y Bienestar Social de Tanzania diceque la mayoría de las pacientes llega al centro una vez que lacondición ha alcanzado sus estadios finales, lo que dificultael tratamiento.

Entre quienes desarrollan la enfermedad, el 78 por cientode todos los casos en Africa resultan fatales, una proporciónmucho mayor que en Occidente, donde los programas de controlhan fomentado la detección temprana de la enfermedad, que puedetomar 20 años en desarrollarse.

"Cada una de las madres que muere deja atrás de tres acinco hijos cuando fallece, agravando la situación deorfandad", dijo a Reuters el profesor Isaac Adewole, presidentedel Grupo de Trabajo sobre Cáncer Cervical en AfricaSubsahariana.

"Para cuando mueren, ellas habrán gastado la mayor parte desu dinero de modo que no habrá forma de hacerse cargo de estoshuérfanos", dijo Adewole en la conferencia bienal de laOrganización Africana para la Investigación y Capacitación enCáncer, realizada en Tanzania.

El tratamiento también es caro y Kondogoza está entre lasmuchas mujeres que no puede costear el régimen de 140 dólaresde seis dosis de quimioterapia recomendado por los doctores. Encambio, deberá confiar solamente en la radioterapia, que esprovista de manera gratuita por el estado.

Adewole dijo que la prevalencia de "curanderos", que sebasan en la brujería, también hacía que muchas mujeres no seandiagnosticadas a tiempo.

"Nosotros, los doctores, solíamos culpar a las mujeres peroresulta que ellas estarían acudiendo a profesionales de lasalud en dos o tres ocasiones sin encontrar ayuda, de modo quelos doctores son en parte responsables por las muertes," agregóAdewole.

ESPERANZA DE UNA VACUNA

Los controles periódicos han ayudado a detectar el cáncercervical en un estadio más temprano en los paísesdesarrollados, pero ningún país africano -excepto Sudáfrica-tiene un programa nacional de chequeo.

Las compañías farmacéuticas rivales Merck y GlaxoSmithKlinehan desarrollado ambas sus propias vacunas -Gardasil yCervarix- pero ningún país africano cuenta con un plan deadministración de esas inmunizaciones a las mujeres jóvenes.

"El cáncer cervical mata a mujeres relativamente jóvenes demodo que se pierden más años de vida que con otros tipos decáncer, pero este es un cáncer evitable", dijo a Reuters en laconferencia el profesor Lutz Gissman, jefe de división delCentro Alemán de Investigación del Cáncer y uno de losintegrantes del equipo que descubrió el virus.

"Si se puede persuadir a las niñas de que se apliquen lavacuna, el problema será drásticamente reducido en los próximos10 a 20 años", agregó Gissman.

La vacuna Cervarix tiene licencia en más de 100 países,incluyendo 11 en Africa. Glaxo está llevando a cabo un estudiosobre 666 mujeres en Senegal y Tanzania -donde la vacuna yacuenta con autorización- para monitorear el efecto sobre elsistema inmunológico y su seguridad.

Adewole está a favor de administrarle la vacuna a niñas de9 o 10 años en su último año de escuela, ya que la inyeccióndebería aplicarse antes del comienzo de la actividad sexual.

"No todas las niñas van a la escuela secundaria por lo quedeberíamos llegar a ellas antes", añadió el experto.

Muchas no acceden a la vacuna por el elevado precio delmedicamento, que se vende a unos 300 dólares en Estados Unidos,aunque Glaxo dice que negociará un precio más bajo en base a supolítica de precios escalonados.

Para Kondogoza, que permanece sentada en su cama mientraslos pacientes se arreglan las uñas de los pies entre sí conescuetas navajas, es demasiado tarde para vacunarse. Pero puedeque para sus cuatro hijas no lo sea.

"Cualquier cosa está bien si prevendrá la enfermedad enestas niñas pequeñas", sentenció la mujer.

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