Yoigo, el operador de telefonía móvil más pequeño de los que disponen de red propia en España, dijo el martes que reabrirá la guerra de tarifas en el país al recortar a partir del 1 de octubre el precio de las llamadas en un 33 por ciento.

"Hemos reabierto la guerra de precios y cortamos el precio por minuto de las llamadas desde 12 a ocho céntimos", dijo Johan Andsjo, presidente ejecutivo de la firma, en una entrevista telefónica con Reuters.

Yoigo, participada en un 76,6 por ciento por TeliaSonera, dijo que también bajó el precio de los mensajes de texto de 10 a 8 céntimos.

"Siempre hemos dicho que vamos a lanzar una guerra de precios y vamos a continuar nuestra estrategia en este sentido", afirmó Andsjo.

Agregó que sus tarifas cobraban especial atractivo en el actual entorno adverso de la economía.

"Todo el mundo habla de crisis, pero con esta tarifa un cliente puede ahorrarse 200 euros o más en su contrato", dijo.

Señaló que el operador sigue creciendo también en tiempos de crisis gracias a sus tarifas más competitivas.

"En septiembre, las ventas están creciendo día a día. Comparado con la campaña de julio, las ventas han crecido un 20 por ciento", dijo Andsjo.

El máximo responsable de Yoigo afirmó que mantiene el objetivo para contar a finales de 2008 con un millón de usuarios, equivalente a una cuota de mercado superior al 2 por ciento, frente a los 427.000 clientes a finales del año pasado.

Para impulsar el crecimiento, la compañía ha comenzado a desplegar este verano su propia red de tiendas y ha abierto entre mediados de junio y septiembre unos 100 establecimientos.

"Nuestro objetivo es contar antes de finales de año con unas 300 tiendas o más", dijo Andsjo.

Yoigo tenía previsto invertir en España 1.000 millones de euros entre el 2006 y el 2010, y alcanzar un resultado operativo y un flujo de caja positivos en el 2011.

En el operador, que lanzó sus servicios a finales de 2006, participan también ACS y FCC. El objetivo a largo plazo es contar con una cuota de mercado del 10 por ciento en 2015.

/Por Robert Hetz/