La formación Equo, que agrupa a 35 partidos verdes y ecologistas, quiere atraer en las elecciones del 20-N el voto de los "insatisfechos" y el de los que "se abstienen o votan en blanco" porque su objetivo es alcanzar grupo parlamentario propio.

En una entrevista con Efe, el cabeza de lista por Madrid del nuevo partido político, Juan López de Uralde, explica que con sus propuestas, que son "diferentes", pretenden llegar a muchos ciudadanos que no están satisfechos y abogan por un "alejamiento del bipartidismo" y "por un modelo más diverso".

Preguntado por si el 15-M puede suponer un caladero de votos, Uralde cree que muchos de los integrantes de este movimiento pueden ver a Equo "como un proyecto interesante".

"Nuestro objetivo es alcanzar grupo parlamentario propio y, para eso, necesitamos un mínimo de cinco diputados y un cinco por ciento del voto", señala Uralde, que considera su apuesta "ambiciosa" pero posible de conseguir.

Uralde explica que Equo se presenta en solitario como partido en la mayor parte de España, aunque hay algunas comunidades donde están trabajando con otras formaciones afines para llegar acuerdos, como es el caso de Valencia -donde esperan llegar a una coalición con Compromis-, en Baleares -con el Partit Socialista de Mallorca (PSM)- y probablemente en Tenerife con "Alternativa Sí se puede".

En el caso de Cataluña, Uralde subraya que van a pedir el voto para ICV porque son también "socios verdes europeos", y ha descartado unirse al "frente amplio" de izquierdas que defiende el diputado de IU, Gaspar Llamazares, porque la intención de Equo es presentar "su propia marca y señas de identidad", lo que no quiere decir que IU sea un "adversario".

En cualquier caso, Uralde apunta que "más allá de la relación con el resto de partidos -que espera que sea buena-, la intención de Equo es "proponer cambios en la forma de hacer política y en las propuestas".

"Realmente en el origen de Equo está la poca prioridad que los dos grandes partidos han dado a los temas ambientales", apostilla Uralde antes de cuestionar el tratamiento dado tanto por el PSOE como por el PP a la energía nuclear.

Critica que el PSOE haya ofrecido una "promesa de cierre sin fecha" cuando ya eliminó de la ley de Economía Sostenible el artículo que establecía el cierre de las nucleares a los 40 años de vida, mientras que el PP "es claramente pronuclear y lo que propone -aunque no lo diga como tantas otras cosas, subraya- es construir más centrales nucleares.

En lo que respecta al cambio climático, enfatiza: "nos movemos entre la política del PP, que es una doctrina que estableció Rajoy haciendo referencia a su primo, o la política del PSOE, que es decir que es importante pero no hace nada al respecto".

Uralde considera que "uno de los problemas en España en materia medioambiental ha sido la falta de interés y prioridad política que los grandes partidos han dado a estas cuestiones".

Respecto al contenido del programa electoral, que será aprobado en la asamblea constituyente que Equo celebrará el 8 y 9 de octubre en Madrid, asegura que se basará en la sostenibilidad ambiental, la equidad social, la profundización democrática y la defensa de los derechos.

En referencia a la sostenibilidad ambiental, Uralde propone un "cambio de modelo energético hacia un modelo cien por cien renovable", así como el cierre progresivo de las centrales nucleares para terminar en 2020 con el apagón nuclear.

Sobre la equidad social, Equo es defensor "radical" del estado de bienestar y cree necesario que la política se imponga sobre los deseos de los mercados.

En este sentido, apuesta por la creación de una agencia europea de calificación, la emisión de eurobonos, el establecimiento de una tasa para las transacciones financieras internacionales y la eliminación de los paraísos fiscales.

La profundización democrática que apunta Equo se inclina a proponer procesos de primarias y listas abiertas, así como el facilitar a la ciudadanía el acercamiento a la toma de decisiones.

Equo también se muestra firme en la "defensa de los derechos" como el de la igualdad entre géneros o en la lucha contra el racismo, donde, según Uralde, quieren "trazar una línea roja".