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Erykah Badu imparte una lección de "neosoul" ante una clase aplicada

EFE

Con una actitud de diva, una técnica vocal depurada, una banda que la acompañaría hasta el infierno y una audiencia rendida a sus enseñanzas, Erykah Badu dio una lección nocturna sobre el "neosoul" desde el escenario del Teatro Circo Price de Madrid.

Poco antes de las diez de las noche, Badu (Dallas, 1971) se deslizó en penumbra entre sus músicos, ataviada con un abrigo de un llamativo color verde, una estola, botas altas y un sombrero, para plantarse con parsimonia ante su público.

Cuando las luces del escenario se encendieron, tras una breve introducción, la cantante norteamericana descubrió todo el potencial de la banda que la acompañaba.

Bien escoltada por cuatro vocalistas femeninas y media docena de músicos, a Badu le bastó acometer "The Healer" para rendir en el arranque de su actuación a los espectadores que abarrotaban el teatro.

La máquina estaba bien engrasada cuando la diva del "neosoul" atacó "On and on", el éxito que colocó en lo alto de las listas su fulgurante álbum de debut, "Baduizm", en 1997, y que le valió dos premios Grammy, y ponerse en la primera fila de las tendencias de renovación de la música negra.

En mitad de este tema, para agrado de sus fans, se desprendió de su abrigo para mostrar su vestido azul vaporoso con rayas doradas transversales.

La diva de la noche y los suyos estaban haciendo un trabajo impecable; sin embargo, el sonido llegaba algo saturado al público, tal vez eran demasiados watios de potencia para una sala de tipo medio.

Badu intercaló sus exhibiciones vocales -se atrevió con el "scat" digno de las mejores vocalistas de jazz y subió a los tonos más altos- con los jugueteos con una caja de ritmos que le acompañó a su lado durante el concierto y que utilizó para pasar de un tema a otro.

Mientras interpretaba "Love of My Life", uno de los mayores éxitos de su carrera, empezó a proyectarse en el escenario el polémico vídeo del tema "Window Seat", de su último álbum hasta la fecha, "New Amerykah, Part Two (The return of the Ankh)", publicado el pasado año.

En este vídeo, la cantante aparece caminando por la calle en Dallas mientras poco a poco se va desnudando hasta simular su muerte justo en el lugar donde Lee Harvey Oswald disparó a John F. Kennedy.

Con "Annie Don't Wear No Panties" encaró la recta final del concierto. Entonces el "neosoul" empezó a sonar como soul de toda la vida. Y el público lo disfrutó.

Badu se quitó el sombrero ante su audiencia mientras interpretaba "Window Seat" y dio por terminada su clase después de una hora, si bien luego regaló una magistral serie de bises a sus aplicados alumnos, con el mejor sonido de la noche y una larga charla incluida.

El cartel del concierto anunciaba a Erykah Badu "y amigos" y la diva del "neosoul" estuvo precedida por otros dos artistas en esta velada programada por la Red Bull Music Academy.

El encargado de abrirla fue Jamie Woon, uno de los jóvenes valores de la escena del rythm and blues británico, quien junto a una banda de tres músicos ambientó el escenario con un repertorio de suaves melodías, mientras el público llenaba poco a poco el aforo, y después le llegó el turno del DJ escocés Hudson Mohawke.

Pero todos los focos estaban reservados a Erykah Badu, que había dejado un magnífico recuerdo en su anterior visita a Madrid, en la edición del pasado año de los Veranos de la Villa, y que esta noche renovó su magisterio.

Y al final hasta se permitió pasar el micrófono a los espectadores de las primeras filas. Tal vez para comprobar los resultados de su lección.

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