Público
Público

El escritor Màrius Serra regresa al universo de los ingenios verbales en "Verbàlia 2.0"

EFE

El escritor Màrius Serra regresa al universo de los ingenios verbales en "Verbàlia 2.0" (Ed. Empúries), una revisión ampliada del primer "Verbàlia" con nuevos juegos de palabras y figuras con las que engrandecer este particular mundo habitado por los autodenominados verbívoros.

"Reescribo todos los capítulos con ejemplos de los últimos años y, sobre todo, analizando todo lo sucedido en la red y citando 'links'", cuenta Serra, que ha alimentado parte del "Verbàlia 2.0" con ejemplos propuestos por seguidores a través del portal trilingüe (catalán, castellano e italiano) que Verbàlia tiene en Internet.

"Verbàlia 2.0" añade un total de 150 nuevas páginas al primer tomo, publicado hace diez años, con referentes más actuales -como el grupo argentino de música y humor Les Luthiers (cuyo vídeos son un éxito en 'youtube')-, y los combina con otros clásicos juegos de palabras como el que Quevedo utilizó para llamar coja a la reina Isabel: "Entre la rosa y el clavel, escoja doña Isabel. Entre el clavel y la rosa, su majestad escoja".

Porque Verbàlia nace para conjugar conocimientos del mundo académico, como la poesía barroca o la cabalística judía, con dichos populares, de la cultura infantil o la publicidad: "Verbàlia es un territorio de juegos lingüísticos para tratar la lengua como una materia prima y una fuente de placer", especifica el escritor.

Anagramas, palíndromos, crucigramas, dobles sentidos, homofonías y muchos más artificios lingüísticos desfilan entre sus más de seiscientas páginas probando que la lengua, ese vaivén de 26 letras, puede dar mucho juego.

Algunos incluso pueden ser usados con fines críticos, como el eslogan con el que los trabajadores de Telemadrid arremetieron (con disimulo) contra Esperanza Aguirre: "Telemadrid, espejo de lo que somos" también leído como "Espe jode lo que somos".

De entre los ingenios verbales, uno de los más populares son los anagramas, en el que se combinan las letras de una palabra para crear otra nueva, como el famoso Monja/Jamón o el profético Roldán/Ladrón.

"Los antiguos creían que haciendo anagramas con el nombre de las personas se podía descubrir su destino. En mi caso, me señala como un mal poeta", afirma Màrius Serra, cuyo anagrama, en catalán, es "Res us rimarà" (Nada os rimará).

Murciélago o euforia, por ejemplo, forman parte de las pentavocálicas (palabras que tienen las cinco vocales), que cuentan con miles de ejemplos y colecciones enteras de libros porque "tienen un uso muy social y están muy extendidas", explica Serra.

Igual que las homofonías (cuando dos palabras se escriben diferente pero suenan igual), que es el caso del nombre de la cantante de ópera Montserrat Caballé en francés, que llega a adquirir hasta cien variantes homofónicos: "Mon Chirac a baillé" (Mi Chirac ha bostezado) o "Monts de Céret, quelle vallée" (Montes de Céret, qué valle!).

Para los lectores, "Verbàlia 2.0" incluye también un enigma en la parte interior de la cubierta. Veinte billetes de curso legal que esconden tres versos.

Al primero que le adivine se le regalará un libro al mes durante diez años, aunque Serra no se lo ha puesto nada fácil: "Es el enigma más complicado que he planteado jamás. Creo que no lo adivinará nadie, lo he escrito a prueba de 'google' y por una cuestión de imágenes, para que nadie pueda buscarlo por la red".

Martí Quintana

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias