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España aún tiene 7.700 millones por entregar

La CAM y Novacaixagalicia recibirán la mayoría de los nuevos fondos.

M. ALBA / V. ZAFRA

Las entidades españolas que han suspendido los test de estrés no necesitarán hacer ningún plan alternativo para captar fondos. La razón es que el Banco de España ya había puesto en marcha diferentes procesos de recapitalización con varias cajas que no llegaron al nuevo mínimo de solvencia que ha impuesto en España y que en el resto de Europa no entrará en vigor hasta 2019 con Basilea III.

Eso no significa que la entrega de ayudas se haya acabado. Muy al contrario. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) se comprometió en marzo a subsanar esos déficits de capital que se destaparon con la nueva normativa para todas aquellas entidades que no pudieran conseguirlo en el mercado. En total, antes de final de septiembre, cinco cajas (no son exactamente las mismas que suspendieron los test) recibirán unos 7.700 millones.

 El apoyo público se materializará mediante la compra de acciones

Salvo CatalunyaCaixa y Unnim, que una parte de los 1.718 millones y 318 millones que necesitan respectivamente los ingresarán en forma de préstamos (FROB 1), el resto de las ayudas serán mediante compra de acciones. Esa inversión la recuperará el Estado, espera que con una rentabilidad suficiente, cuando se desprenda de las acciones en un máximo de cinco años. La mayor parte de esos nuevos apoyos irán a parar a la CAM, que recibirá 2.800 millones, y a Novacaixagalicia, que necesita 2.622 millones, aunque lo habría rebajado a 2.100 millones con la reorganización y la venta de activos.

 El FROB realizará el desembolso para cinco cajas antes de final de septiembre

Con esta inyección, la CAM quedará prácticamente en su totalidad en manos del Estado (puede llegar hasta al 80% del capital) y, con toda probabilidad, acabará vendida en bloques. Había llegado a un principio de acuerdo para que JCFlowers invirtiera 800 millones, con lo que se reducía la aportación pública, pero no ha sido posible la operación.La caja gallega, por su parte, sigue buscando inversores privados que reduzcan la aportación pública, con el objetivo final de que el FROB no adquiera más de la mitad de sus acciones para poder seguir gestionando de forma independiente. Su reto es pedir como máximo 1.500 millones al Estado, que se unirían a los 1.162 millones que ya recibió como préstamo.También Caja España-Duero recurrirá definitivamente a las ayudas (463 millones), al tiempo que realizará una fusión con Unicaja. La caja castellanoleonesa no tendrá apenas poder en la nueva entidad que cree con la malagueña.

Unnim también quiere acometer una integración. Ahora que han pasado los test de estrés es más fácil de negociar y, por tanto, es más previsible que logre llegar a un acuerdo.Banco Pastor, que no necesita capital pero que no pasó los test, podría plantearse una ampliación de capital para ganar confianza del mercado. Privado, eso sí.

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