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España coloca las letras más caras en 3 años

La demanda, 9.666 millones, triplicó la oferta

ANA FLORES

¿Qué le ha supuesto a España la baraja de parches que ha ido empleando Europa para intentar solucionar la crisis de la deuda soberana? Dinero, mucho dinero en impuestos. La subasta que celebró ayer el Tesoro fue la prueba, otra más, de que con reformas o sin ellas, con alabanzas del presidente francés, Nicolas Sarkozy o exigencias del eje francoalemán a este país, son las dudas a la hora de buscar soluciones en la zona del euro lo que más castiga a las emisiones de títulos del Estado español. No ayuda tampoco el hecho de que la autoridad bancaria europea hable de obligar a las entidades a valorar a precio de mercado la deuda española (duramente castigada en el último año y medio) sin terminar además de definir cuánto supondrá esa valoración. Generar confianza no es lo que está haciendo Europa.

La subasta de letras a tres y seis meses más cara en tres años tuvo lugar ayer y no es casualidad. La cumbre elástica en tiempo que se está celebrando, los desacuerdos de siempre, la falta de una solución integral sirven de argumento perfecto a los mercados para negar que se esté creando un cortafuegos contra la aparición de clones de Grecia.

Ayer se adjudicaron letras a tres meses a un interés marginal (el más alto al que el Tesoro admitió endeudarse) del 2,35%. En la última subasta del mismo tipo de títulos, el interés fue del 1,38%. Casi un punto entero amasado en la incertidumbre de los mandatarios europeos. Un punto que se lleva por delante los buenos resultados conseguidos en las subastas del Tesoro tras la decisión (tan tardía como efectiva) del Banco Central Europeo(BCE) de comprar títulos españoles e italianos en el mercado secundario (compra-venta de valores ya emitidos) para ahuyentar a los especuladores.

La subasta de letras a seis meses no fue mejor. El interés marginal se situó en el 3,35%, frente al 2,22% de la subasta anterior de títulos con el mismo plazo de vencimiento. Son los tipos de interés más altos desde que comenzó la crisis, allá por el 2008.

Sonroja comprobar cómo en abril de 2010, antes de que empezase el rosario de soluciones, rescates y ajustes, a las letras españolas a tres meses se les pedía un interés entre el 0,4% y el 1% y a los títulos a seis meses, entre el 0,5% y el 1% y ahora se les pide lo mismo que puede pedir un banco a un cliente de a pie por un crédito hipotecario.

¿Hubo ayer demanda? Muy superior a lo adjudicado, como suele ocurrir. Los inversores exigen rentabilidades altas pero no parecen tener dudas de que, por turbulenta que esté la zona del euro, España podrá atender dentro de tres meses e incluso de seis sus compromisos. El Tesoro adjudicó 3.479 millones, el objetivo propuesto, pero se solicitaron 9.666 millones.

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