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España, responsable del 25% del aumento de emisiones del transporte de la UE

EFE

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes del sector del transporte en la Unión Europea (UE) aumentaron en 200 millones de toneladas entre 1990 y 2007 y una cuarta parte de ese incremento es imputable a España, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

En un encuentro con periodistas españoles, Ricardo Fernández, analista de mitigación del cambio climático de la AEMA, ha señalado que el transporte ha sido el sector en el que las emisiones más han crecido en España desde 1990 -año de referencia para el Protocolo de Kioto- hasta 2007 (última fecha de la que se disponen datos oficiales verificados).

Así, en ese periodo las emisiones totales españolas se incrementaron más de un 50 por ciento, frente a la caída del 9 por ciento de la UE, y fue el sector del transporte -excepto el aéreo y el marítimo internacional- el que experimentó la subida más significativa (95 por ciento).

El transporte por carretera es el principal causante del incremento de las emisiones españolas, según el representante de la AEMA, organismo independiente de la Unión Europea, con sede en Copenhague (Dinamarca), que verifica y controla las emisiones de los países europeos.

También el sector manufacturero, el de la construcción y la producción de energía eléctrica -sobre todo, el uso del gas y del carbón- son responsables.

A pesar de estos datos, Fernández ha señalado que las proyecciones indican que España, al igual que el resto de la UE, salvo Austria, va a cumplir sus compromisos del Protocolo de Kioto, en 2012.

Las vías para lograrlo, según el analista de la AEMA, serán el uso de sumideros de carbono, la compra de derechos de emisión y la puesta en marcha de proyectos "verdes" en terceros países.

A nivel europeo, Fernández ha asegurado que hay factores comunes que explican la caída de las emisiones entre 1990 y 2007, como el precio de los combustibles que se usan en los hogares y la subida de la temperatura global que provoca una menor demanda de calefacción.

Esto supone, que uno de los efectos del cambio climático, como es el incremento térmico, está ayudando, a su vez, a combatir este fenómeno, propiciando una menor emisión de CO2 a la atmósfera.

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