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Dos etarras condenados a cinco y cuatro años de cárcel, respectivamente

EFE

El Tribunal Correccional de París condenó hoy a Asier Quintana y a Gracia Morcillo a cinco y cuatro años de cárcel, respectivamente, por considerarlos implicados en el aparato internacional y logístico de ETA, hasta su arresto hace dos años.

El tribunal también prohibió definitivamente la estancia de los dos en Francia, una vez que hayan cumplido sus sentencias.

Ni Quintana ni Morcillo asistieron hoy a la lectura de la sentencia, que se ajusta a la petición de la Fiscalía, como tampoco habían asistido a las audiencias, el mes pasado.

Quintana, de 39 años, y Morcillo, de 40, fueron detenidos en enero de 2006 en Saintes (oeste de Francia), donde residían con sus dos hijas pequeñas, y fueron juzgados por asociación de malhechores con fines terroristas y receptación y uso de documentos administrativos falsos.

Apodados "Mario" y "Kristel", los nombres de Quintana y Morcillo aparecen en documentos internos de ETA requisados en registros en diversos puntos de Francia y las huellas de él también fueron identificadas en diferentes apartamentos junto a las de otros etarras condenados, según la acusación.

Durante el registro de un apartamento en Tarbes (suroeste) en diciembre de 2002, la Policía halló un disco de ordenador que se refería a una reunión de dirigentes de ETA del mes precedente, en la que se hablaba de Quintana y Morcillo con sus alias y se señalaba su pertenencia a la organización terrorista.

El juicio se celebró el mes pasado en ausencia de la pareja, que previamente había declarado al juez de instrucción que ambos carecían de trabajo y que vivían gracias a las ayudas de sus respectivas familias.

Quintana había admitido su pertenencia a ETA, pero aclaró que dejó la actividad en 2002, cuando nació su segunda hija, mientras que Morcillo aseguró que nunca militó y que hacía años que habían dejado de recibir dinero de la banda.

Sin embargo, la Fiscalía defendió que su actividad se prolongó más allá de 2002, año en el que pasaron del aparato internacional al logístico, encargados de compras de material, aunque en enero de 2006, en coincidencia con su instalación en Saintes, habían "relajado" su militancia.

Quintana había sido detenido en España en 1987 y 1991 por su presunta pertenencia al "comando Matalaz" y por su acción de apoyo al "comando Vizcaya", y a mediados de los 90 pasó a la clandestinidad.

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