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La eurozona acepta el plan de competitividad con reservas

La canciller implanta con Sarkozy un calendario de reformas, pero se encuentra con mucha resistencia sobre el contenido. Bélgica y Luxemburgo se oponen a la propuesta salarial alemana

DANIEL BASTEIRO

Angela Merkel puso hoy precio a su solidaridad con los países más acosados por los mercados y se llevó un precario 'pagaré'. Junto a Nicolas Sarkozy, la canciller alemana pidió 'más que palabras' a los países del euro para que se doten de un Gobierno económico y uniformicen sus políticas en varias áreas clave, como la evolución de los salarios, la edad de jubilación o el Impuesto de Sociedades. Es su propuesta de un plan de competitividad. Estas condiciones son imprescindibles para que Alemania acepte ampliar y flexibilizar el fondo de apoyo al euro, una negociación casi cerrada que ayudará a consolidar la paz con los mercados que persiguen países como España, Portugal, Bélgica o Italia.

Sus planes recibieron un espaldarazo en cuanto a la filosofía, ya que la zona euro es favorable a una mayor integración económica. Sin embargo, cuando se debatieron los detalles se constataron 'posiciones bastante distintas, bastante diferentes', según admitió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La propia canciller confesó que 'no hubo entusiasmo en todos los países' y Sarkozy reconoció no estar de acuerdo 'en todas las ideas'.

Zapatero asegura un 'firme respaldo' a las propuestas de Merkel

El presidente del Gobierno prometió un 'firme respaldo' al plan de Merkel, porque sitúa a la zona euro 'en una nueva fase de la construcción del Gobierno económico', cuyos cimientos puso España durante su última presidencia de la UE.

¿Requieren las exigencias de Merkel nuevos y dolorosos sacrificios? Según Zapatero, corresponde a los sindicatos y a la patronal pactar la propuesta más sensible, desvincular la evolución de los salarios de la de los precios. El nuevo diseño de la negociación colectiva tendrá que ligar 'salarios y circunstancias de la economía', advirtió el jefe del Ejecutivo, que defendió la necesidad de convenios colectivos 'con flexibilidad'. Zapatero señaló que 'el mal modelo es un modelo rígido', porque garantizar la indexación automática de los salarios conducirá a la destrucción de empleo si se produce una nueva crisis.

El primer ministro belga, Yves Leterme, y Jean Claude Juncker, su homólogo luxemburgués (y, a la vez, presidente del Eurogrupo), se mostraron mucho más tajantes con los planes de Merkel sobre los salarios. 'No estoy en absoluto de acuerdo', dijo Leterme, que se mostró a favor de una mayor coordinación económica, pero advirtió de que Bélgica 'no aceptará que su modelo de concertación social sea desmantelado'. 'No veo ninguna razón para decir que abolir la indexación permitirá mejorar la competitividad de mi país o de la zona euro', añadió Jean Claude Juncker. Ambos países garantizan la indexación por ley.

El jefe del Ejecutivo defiende convenios colectivos 'con flexibilidad'

En cuanto al resto de medidas, Zapatero apostó por 'la formación profesional, donde España tiene que ir más deprisa' y la innovación, para la que reclamó más inversión privada en I+D+i. El presidente defendió la necesidad de 'un pacto' nacional para lograr una inversión del 3% del PIB aunque implique recortes en otras áreas de las administraciones públicas.

Alemania, donde la edad de jubilación es de 67 años, también presiona a sus socios para que aumenten progresivamente la salida del mercado laboral. 'No creo que sea posible', zanjó el primer ministro austriaco, Werner Faymann. Países como Irlanda o Estonia, con un Impuesto de Sociedades muy bajo, también se han mostrado contrarios a la armonización fiscal que plantea Merkel. Por si fuera poco, el método escogido por la canciller incluye relegar a la Comisión Europea a un segundo plano, sin ejercer su habitual control técnico del cumplimiento de las medidas.

Lo cierto es que Merkel y Sarkozy quieren avanzar muy rápido, por lo que estas dudas deberán quedar disipadas en una cumbre de la zona euro que se celebrará a mediados de marzo. En ella se formalizará un acuerdo que será puesto en práctica sin demora, para dar resultados 'antes de fin de año', según exigió Merkel.

Habrá otra cumbre a mediados de marzo para concretar las reformas

Este plan por la competitividad supone 'un gran giro de la canciller', en palabras de Jean Pisani-Ferry, director de Bruegel, un centro de estudios con base en Bruselas. 'Hasta ahora, Alemania creía que impulsar una política económica común era parecer débil', señala. Ahora, Berlín planea imponer sus sacrificios de la última década a los demás países.

Sin embargo, Alemania ha advertido de que su respaldo a la ampliación del fondo del euro depende de que sus socios del euro lleven a cabo las reformas. Todo ello pese a los sacrificios que, recuerdan desde Berlín, sus ciudadanos asumieron hace años para garantizar ahora un potente crecimiento económico.




El control del déficit tendrá una nueva ley. Rodríguez Zapatero aseguró estar dispuesto a complementar la Ley de Estabilidad Presupuestaria con una nueva norma que limite el gasto, una de las exigencias de la canciller Angela Merkel. Según José Luis Rodríguez Zapatero, “será objeto de debate” en España y “sería muy bueno llegar a un acuerdo con el principal partido de la oposición”, que en el pasado reclamó una ley en este sentido.

El presidente recordó que las autonomías gobernadas por el PSOE ya se han comprometido a establecer un techo de gasto anual y aseguró que le gustaría “que se extendiera a todas las comunidades”. Zapatero se mostró igualmente “favorable” a permitir que Catalunya emita más deuda, una reivindicación que le hará el lunes Artur Mas. También expresó su disposición a facilitar una “financiación razonable” siempre que haya una “corresponsabilidad” entre Barcelona y Madrid para reducir el déficit a través de “compromisos concretos, estrictos y temporales”.

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