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Una experiencia musical muy burra y otras vivencias rurales con solípedos

 Josephine Foster & the V. Herrero Band

Víctor Herrero

Nada mas llegar a Rute la noche antes del concierto, nos encontramos con que Pascual Rovira, presidente de Adebo (Asociación para la Defensa del Borrico), nos guarda una sorpresa felliniana.

Los cámaras de Canal Sur se disponen a retransmitir para Andalucía Directo el 'ensayo general' de nuestro concierto especial para burros. En plena sierra, ya de noche, con sus grandes focos que parecen provenir de ovnis recién aterrizados, rodeados de burros y una cabra 'Caramelo' que tira constantemente trípodes y cachivaches de los operadores.

A la mañana del día siguiente, hacemos las visitas políticas oportunas. Pascual nos lleva a La Flor de Rute, una fabrica artesanal de mantecados, una de las cosas por lo que Rute es famoso. El encargado de esta fábrica es melómano y tiene una gran colección de vinilos. Nos recibe amablemente y nos muestra unas extraordinarias esculturas hechas de azúcar.

Con una total overdose de azúcar subimos a La Casa del Burro. Desde allí, contemplamos en lo alto la gloriosa Sierra del Canuto. Recibimos sus efluvios telúricos, una emanación profunda y lisérgica que hace tributo a su nombre.

Para nuestro asombro, a pesar de encontrarnos en un lugar tan recóndito, acuden al concierto cuarenta y ocho burros y una cabra, más público del que jamás hubiéramos imaginado.

Al aire libre del mediodía, hace un día estupendo, nuestro set totalmente acústico, comienza la música. Durante el recital vamos notando diferentes reacciones; hay burros, la gran mayoría, que siguen a lo suyo aunque con una presencia discreta y paralela. Otros sin embargo afilan sus grandes orejas y permanecen concentrados y receptivos, algunos incluso abren su boca de vez en cuando, parece que quisieran cantar. Una pareja de burros procede al coito mientras interpretamos Dame esa flor que tú llevas, un momento inolvidable de extravagante erotismo rural.

Canal Rute Televisión nos hace cambiar nuestra botella de Anís del Mono, la cual usamos como instrumento, por una de Machaquito, orgullo del pueblo y de mejor percusión y resonancia, todo sea dicho. Testigos de honor acuden a la ceremonia. Entre ellos algunos personajes reconocidos que desconocemos, como el sobrino de Berlanga, para más inri, su tío.

Después del concierto procedemos al bautizo de nuestra peluda y pequeña ahijada, 'Velluda', hija nada más y nada menos que de la burra que apadrinase la princesa Leticia. Este es por el momento nuestro único vínculo con la monarquía. Una reconciliación simbólica se lleva a cabo también en medio de esta catarsis entre Miguel Hernández y Federico García Lorca. Dos grandes imágenes de los dos poetas se alzan en el altar, el ritual es presidido por Pascual Rovira.

Como colofón, nuestro buen amigo Roque Valiente confunde a Robert Wyatt con Fray Leopoldo de Alpandeire en una chapa que cuelga de la chaqueta de un periodista de Rockdelux que ha venido a cubrir lanoticia. Ya lo dijo Pascual, ¡una experiencia imburrable!

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