Durante unos días al año la vida se vive del revés. Es lo que sucede durante el carnaval. Aquí en Galicia es Tiempo de Entroido, la fiesta popular más antigua del calendario, de origen pagano, aunque después no ha hecho más que mezclar y reclicar diversos ritos. Vienen todos a proclamar el fin del largo y oscuro invierno y la entrada de la primavera. Aunque la tradición cristiana, prefiere escenificar el triunfo, sólo durante estos días, de Don Carnal sobre Doña Cuaresma.

Lleno de misterio, jolgorio y desenfreno, el Entroido es una pantomima satírica en la que se mezclan la burla y la transgresión. Arraigado como una fiesta libertaria, de crítica al orden establecido, de explosión del individuo contra las normas, el Carnaval ha logrado sobrevivir a lo largo de tantos años.

Y ha sobrevivido especialmente en la provincia de Ourense, sobre todo en su franja sudeste, donde muchos de ellos han sido declarados desde hace años Fiestas de Interés Turístico. Aquí el Entroido se inicia en Laza, en la madrugada del primer día del año, cuando los Peliqueiros se entrenan haciendo sonar sus chocos por las calles de la villa, y se prolonga en las Pantallas de Xinzo de Limia, los Cigarrones de Verín, los Boteiros de Viana do Bolo y las Mázcaras de Manzaneda para conformar el más colorista, ruidoso y genuino conjunto carnavalesco de España.

Gaitas, carrozas, charangas, comparsas y máscaras, salen por las villas en los más variopintos desfiles, pasacalles y procesiones, provocando al visitante y haciéndole partícipe de un ambiente excitante y auténtico, lleno de alegría y magia.

Sin olvidar la estupenda e inolvidable gastronomía gallega, que durante el carnaval ourensano nos ofrecerá la androlla y la cachucha, el cocido, el lacón con grelos y el cabrito, las orejas de carnaval, la tarta cigarrón, la brica branca, el roscón y las filloas. Dejando para el final el xastreus, el aguardiente propio del carnaval.