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"Es falso que me vaya a exiliar en España o Brasil"

Manuel Zelaya. Presidente de Honduras. Acusa a EEUU de traicionarlo y de apoyar unas elecciones irregulares 'como en Irak'

D. LOZANO

Cinco meses después del golpe, y tras dos meses desde su regreso al país, el presidente derrocado Manuel Zelaya no ha sido repuesto en la presidencia. Ayer observó las elecciones en Honduras desde la embajada brasileña, donde permanece refugiado.

¿Acarició en algún momento la posibilidad de revocar el golpe?

Claro que sí. Participamos en un diálogo auspiciado por Estados Unidos, pero a mitad de trayecto ellos cambiaron su posición y empezaron a apoyar al régimen de facto. Estados Unidos nos abandonó.

Se arrepiente de haber vuelto para refugiarse en la embajada de Brasil?

No. ¿Cómo voy a arrepentirme de defender a la democracia y a mi pueblo?

¿Qué resultado final espera en las elecciones?

Una gran abstención. Pienso que va a ser de más del 50%.

Antiguos aliados suyos se han presentado a las elecciones, como la izquierdista Unificación Democrática. También Eduardo Maldonado, estrella mediática de la rebelde Radio Globo, se pasó a los liberales. ¿Se siente traicionado?

A mis amigos y compañeros los respeto aunque no comparta sus ideas. Acepto la disidencia y defiendo la pluralidad de las ideas. Sí, me traicionaron los militares, que dieron un golpe de Estado y actuaron con violencia contra mí. Y me siento traicionado por los países que ahora se han decidido a apoyar las elecciones sin consenso previo.

¿Traición con Estados Unidos a la cabeza?

Todos los países que apoyan estas elecciones cometen un delito, porque están apoyando unos comicios ilegales, con irregularidades, con persecución policial.

¿Quién está perseguido hoy policialmente en el país?

Yo soy el vivo ejemplo, con 24 órdenes de captura sin juicio. Se han producido 3.500 detenciones, asesinatos, 600 heridos en manifestaciones

Óscar Arias se sumó ayer a la postura de EEUU: reconocer las elecciones para que Honduras no sufra un nuevo Mitch. ¿Le ha sorprendido?

Él ha dicho que va a respetar el resultado y con la gran abstención que va a haber va a tener que rectificar. No se puede apoyar al dictador. Todos los golpes de Estado necesitaron de diálogo y consenso para ir a las elecciones, menos aquí. Pero EEUU ha hecho lo mismo en Irak y en Afganistán.

De las 70 personas que convivieron en la embajada de Brasil se ha pasado a una veintena en la actualidad. ¿Siente la soledad que predican algunos medios?

Yo soy fuerte espiritualmente, no tengo ninguna debilidad. El apoyo a la democracia hondureña ha sido mundial.

Todo apunta a la victoria de Porfirio Lobo, que llamará el lunes al diálogo nacional y que reconoce que hablará con usted. ¿Aceptará esta mano tendida?

Yo soy amigo de Lobo y también de los otros candidatos. No tengo un solo enemigo en mi vida. Nunca he perseguido ni insultado a nadie. Esto no es un problema personal. Si las elecciones son producto de un fraude, Lobo será presidente de un fraude.

¿Está muerto el Acuerdo Tegucigalpa/San José?

EEUU fue el primero que lo violó. Y el Departamento de Estado, el primero en interpretarlo, dejando a un lado a la Comisión de Verificación, incumpliendo las órdenes de la Organización de Estados Americanos y de la ONU. Por eso ha decaído su liderazgo, por su cambio de postura, ambivalente.

¿Se equivocó al firmarlo?

El acuerdo es correcto, se debió convocar al Congreso en fecha, en siete días.

El miércoles se vota en el Congreso su restitución. ¿Qué hará si sale el sí?

No acepto ni el sí, ni el no; este Congreso no tiene legitimidad. Falsificaron documentos, decretaron mi destitución, estuvieron ligados a la conspiración. Todos ellos serán sentenciados en el Tribunal de Justicia Internacional.

¿Hasta cuándo piensa resistir en la embajada?

Hasta derrotar a la dictadura, no importa el tiempo.

Distintos rumores le sitúan exiliado en España, Nicaragua o Brasil.

Es falso que me vaya a exiliar en España o en otros países. Lo desmiento.

Le acusan de una batería de delitos. ¿Está decidido aún a enfrentarse a los cargos?

El abuso de poder de la Corte Suprema de Justicia la descalifica moralmente para acusarme. Aquí no hay justicia, sólo el cumplimiento de las órdenes del dictador Micheletti.

Micheletti ha dado un paso a un lado. Algunos analistas consideran que su mandato de facto terminó

Eso es un engaño para bobos, no me metan en ese paquete.

Con la perspectiva que da el tiempo, ¿se arrepiente de alguna de las acciones que emprendió antes del golpe?

La única ley que violábamos era cuando los motoristas se saltaban los semáforos en rojo. Jamás he sufrido una demanda, jamás un proceso, todas las acusaciones en mi contra proceden de los golpistas.

¿Qué futuro político se plantea cuando se asuma en enero al nuevo presidente?

Soy un luchador de trinchera surgido de una aldea de Honduras. Y ahora estoy interpelando a este sistema y a sus hipocresías. Quiero quitar las máscaras de los que se denominan demócratas y son dictadores. Esa es mi lucha.

¿Pero dónde lucharía? ¿Siempre en la embajada?

Un político actúa cada día y cada cinco minutos, no somos astrólogos que podamos predecir el futuro.

¿Micheletti?

Dictador.

¿Obama?

Presidente que llegó por la democracia y que ahora no la apoya.

¿Chávez?

Un presidente que ha ganado diez elecciones en diez años.

¿General Romeo?

Militar que erró su camino.

¿Zapatero?

Demócrata firme, socialista firme.

¿Insulza?

Secretario general de la OEA que mantiene firmes sus principios.

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