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La familia está contenta con la aplicación de la ley que "está para respetarla"

EFE

José Ramón Páez, el hijo de Ramona Estévez la paciente del Hospital Blanca Paloma de Huelva a la que se le ha retirado una sonda nasogástrica en cumplimiento de la Ley de Muerte Digna de Andalucía, ha asegurado hoy sentirse "contento" por la aplicación de una norma que "se debe respetar".

En declaraciones a Efe, Páez ha explicado que su madre, aunque no había hecho testamento vital, algo que, tras lo sucedido, recomienda a todos los ciudadanos, sí había expresado que ante una situación así "no quería que se la sondara" y ha asegurado que existen testigos de ello ajenos a la familia.

El hijo de Estévez se ha mostrado satisfecho por "haber cumplido el deseo" de su madre, aunque ha lamentado haber tenido que recurrir a la interposición de una queja para que se aplique una ley que "debe de respetarse".

"Habían convertido a mi madre, y así lo hice constar a los médicos y en el escrito, en una máquina de bombear sangre y si técnicamente es posible éticamente es inadmisible e inhumano", ha precisado Páez.

Con respecto al estado de salud de su madre, ha precisado que desde que se le ha retirado la sonda permanece con cuidados paliativos, "ya no recibe ningún tipo de alimentación, por lo que estamos esperando a que poco a poco su cuerpo vaya consumiendo sus propias energías hasta que descanse definitivamente".

Según ha narrado, los hechos que han dado lugar a esta situación tuvieron lugar el 26 de julio después de que su madre, que el día 31 de agosto cumple 91 años, sufriera un derrame cerebral y, tras una primera atención en el hospital Juan Ramón Jiménez, donde tras realizarle un TAC descartaron hacerle nada por su avanzada edad y lo irreversible del trombo, la trasladaron al hospital Blanca Paloma, al estar especializado en tratamiento de personas mayores.

Al llegar a este centro hospitalario concertado, le dijeron que su madre estaba en coma y tras dos o tres días ingresada le comunicaron la necesidad de sondarla porque "el suero no alimentaba, sólo hidrataba", algo a lo que se negó la familia por expreso deseo de la paciente.

Tras varios días de "tira y afloja", el 4 de agosto, el médico que atendía a Estévez dio a la familia un ultimátum: "O le ponía la sonda o le quitaba el suero y nos la llevábamos a casa bajo nuestra responsabilidad, advirtiéndonos de que no alimentarla estaba castigado por el Código Penal, y cedimos ante el chantaje".

Fue entonces cuando a través de los medios de comunicación conoció la Asociación Derecho a Morir Dignamente y decidió ponerse en contacto con ellos recibiendo asesoramiento para interponer la queja, que desencadenó en que se cumpliera la voluntad de su madre.

Páez ha querido dejar claro que "no tiene nada en contra del hospital", cuyos servicios considera buenos, sino contra la actuación del médico, que no les dejó ejercer su derecho, según ha puntualizado.

Por su parte, desde la dirección del centro hospitalario de la Blanca Paloma se ha precisado a Efe que por el momento no se va a hacer ningún tipo de pronunciamiento sobre este caso.

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