Público
Público

Félix Sanz, mano de hierro en guante de seda

El ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa sustituye a Alberto Saiz al frente del CNI

ANA PARDO DE VERA

Hace algunos días, Félix Sanz Roldán (Urgel, Cuenca, 1945) estuvo comiendo en Toledo con ex compañeros del Ministerio de Defensa. La tierra manchega, su tierra, le tira mucho y la visita cuando puede. Entonces no sabía que hoy, cuando le nombre el Consejo de Ministros, sería el nuevo director del CNI, y ahora, probablemente, podrá ir menos por allí.

Aunque no fue la vecindad de Castilla-La Mancha lo que decidió a un recién nombrado ministro de Defensa, José Bono, a elevar al entonces director general de Política de Defensa al puesto de Jefe del Estado Mayor (JEMAD). Sino un currículo intachable, una prestigiosa trayectoria internacional y unas referencias inmejorables. La investigación es un recurso clave de Bono para formar equipos.

Poco a poco, con un trabajo concienzudo y leal, el general del Ejército Sanz Roldán fue ganándose el aprecio y el respeto del ministro, el presidente y el rey. En los dos años en los que Bono estuvo al frente de Defensa, Sanz se convirtió en una herramienta imprescindible para montar un engranaje complicado: aprobar la ley de la Defensa Nacional, la de Tropa y Marinería y la de la Carrera Militar; redefinir las misiones internacionales en misiones de paz; o dar un impulso al presupuesto de Defensa.

Con José Antonio Alonso, el sucesor de Bono en 2006, Sanz Roldán tuvo también una excelente relación, aunque no llegó a la cercanía que alcanzó con su antecesor. Tal vez por aquello del paisanaje, el presidente del Congreso y el hoy responsable de los servicios de inteligencia siguen viéndose con regularidad y mantienen una buena amistad.

Con todo, el ministro de Defensa Alonso acercó aun más a su amigo el presidente del Gobierno y al JEMAD, de forma que Zapatero no dudó en llevarse a Sanz Roldán a Moncloa cuando este finalizó su tarea en Defensa y Carme Chacón, la nueva titular, renovó a toda la cúpula militar.

Al lado del jefe del Ejecutivo, como Alto Representante para la Presidencia Española de la UE en asuntos relacionados con la Defensa con rango de secretario de Estado, Félix Sanz pasó de ser persona cercana a Zapatero a convertirse en un hombre de su máxima confianza.

El presidente lo envió a la Casa Blanca a preparar la cita del 5 de abril con Barack Obama en Praga -aunque luego también tuvieron que apagar el incendio de la retirada de las tropas españolas de Kosovo- junto al secretario general de la Presidencia, Bernardino León.

Allí, ambos se entrevistaron con el también general retirado James Jones, consejero de Seguridad Nacional del presidente de EEUU e íntimo amigo de Sanz Roldán, al que recibió con un gran abrazo. Jones y Sanz coincidieron en Washington cuando este estuvo destinado como agregado militar adjunto a la Embajada de España en la capital de EEUU.

'La elección de Sanz es la mejor para poner orden en el CNI. Hace falta disciplina y el general es una habilísima mano de hierro en guante de seda', aseguran en el Gobierno.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias