Sarah Ferguson no ha sido invitada a la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton el próximo 29 de abril, según informó hoy la prensa británica, convirtiéndose así en la primera gran ausente del gran acontecimiento social del año.

Según aseguraron los diarios "Daily Mail" y "The Daily Telegreph", las aproximadamente 1.900 invitaciones para el enlace en la abadía de Westminster de Londres ya han sido enviadas y la duquesa de York, ex esposa del príncipe Andrés, no ha recibido una.

La duquesa (51 años) tuvo una buena relación de amistad con la fallecida Diana de Gales -madre del novio-, pero su portavoz confirmó que "nunca esperó" ser invitada a la boda real.

El portavoz agregó que Ferguson no hubiera podido asistir a la boda porque ya tenía "planes privados en el extranjero".

Sí estarán sus dos hijas, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia, primas hermanas de Guillermo, que se sentarán en las primeras filas de la abadía junto al resto de la familia real.

Beatriz y Eugenia tienen una relación muy estrecha con el príncipe Guillermo y su hermano Harry, y esta semana fueron fotografiadas durante una salida nocturna junto a Pippa y James, hermanos de Kate Middleton, y Chelsy Davy, ex novia de Harry.

Tim Walker, comentarista social de "The Daily Telegraph", afirmó que Fergie ha recibido suculentas ofertas para comentar en televisión los detalles de la boda, pero que las ha rechazado pese a los aprietos financieros que atraviesa desde hace meses.

"No se involucrará en ningún trabajo comercial relacionado con la boda. Ha rechazado todas las ofertas", dijo el portavoz.

Walker recordó que Sarah Ferguson es persona non grata en el palacio de Buckingham desde que se divorció hace 15 años del príncipe Andrés, especialmente desde que, siete meses después, fuera fotografiada por un tabloide en "topless" mientras su asesor financiero John Bryan le chupaba los dedos de los pies.

En el último año, Fergie también ha sido objeto de seguimiento por parte de la prensa tras conocerse que tiene una deuda de unos 5 millones de libras (5,9 millones de euros u 8 millones de dólares).

Un tabloide publicó posteriormente un vídeo en el que la duquesa de York aparecía ofreciendo a un reportero encubierto que se hizo pasar por empresario acceso a su ex marido a cambio del pago de 27.000 libras (32.000 euros o 43.870 dólares).