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Ferran Torrent dice que "el fanatismo por las ideologías ha provocado mucho daño"

EFE

El escritor valenciano Ferran Torrent efectúa con su nueva novela "Bulevard dels Francesos" un giro en su trayectoria, adentrándose en los grises años sesenta de su Valencia natal, pero también reflexiona sobre el momento actual, aseverando que el "fanatismo por las ideologías ha provocado mucho daño".

Durante un encuentro con periodistas celebrado hoy en Barcelona, Torrent ha explicado que su último título le ha llevado más de seis años de trabajo, especialmente de documentación e investigación de una época histórica, y también algunos problemas de salud, "porque yo lo somatizo todo, y, en este caso, cogí la historia y no la he podido dejar hasta ahora".

Calificada por su editora de Columna, Ester Pujol, como su obra más ambiciosa, en este extenso relato el popular es autor se traslada al año 1962, a la Valencia imbuida totalmente en la dictadura franquista, y pone el foco en tres jóvenes comunistas, Josep, Felo y Teresa, que manifiestan su desacuerdo con la línea oficial del partido.

Sin embargo, como ocurre en todas las narraciones de Torrent, aparecen muchos otros personajes como el honesto comisario de policía Sebastián Piñol, el expeditivo jefe de la brigada politicosindical de la ciudad, Vicente Rodrigo, que investigan la muerte de una rica heredera; o también un ladrón de cuello blanco, apodado Messié, una vedette o un negro de Mali, llamado Salif.

Ferran Torrent indica que la narración que ocurre en el año 1962 cuenta con un planteamiento, un nudo y un desenlace, mientras que la acción del año 2004 es un monólogo interior de un personaje, en un único día, entre las ocho de la mañana y las nueve de la noche.

El escritor remarca que el lector podrá encontrar "una relación moral e ideológica entre lo que éramos, lo que hemos sido y lo que somos ahora", no obviando, ha proseguido, "el desmoronamiento de mi generación -él es nacido en 1951- y la anterior".

En este sentido, ha querido precisar que la novela plantea el hecho de que "el fanatismo por las ideologías ha hecho mucho daño, aunque yo no estoy en contra de los que tienen ideología".

Pidiéndole que ahondara más en estas afirmaciones, Torrent ha mantenido que en la obra, escrita en primera persona, habla de unas personas que "éramos unos ingenuos y ahora somos unos perdedores, aunque en mis libros muchos perdedores viven de puta madre".

Asimismo, este hombre que vive en su pueblo y que juega a cartas en el casino con sus amigos de siempre no obvia responder cuando se le pregunta por casos de corrupción, tanto de Cataluña como de la Comunidad Valenciana y llega a considerar que "si Félix Millet se presentara para presidente de la Generalitat valenciana seguro que ganaría".

En cuanto al proceso de construcción de su nuevo artefacto literario, ha comentado que llevaba más de seis años pensándolo y documentándose, aunque el primer manuscrito -siempre escribe a mano en primera instancia- le costó cuatro meses, aunque después estuvo un año cambiando la estructura de la historia y pasando de la tercera persona inicial del narrador a la primera.

Por otra parte, ha dicho que en esta ocasión para poder ofrecer un retrato veraz de la Valencia de los años sesenta ha mantenido muchas conversaciones con antiguos policías o ex músicos de bandas musicales.

En este sentido, ha querido citar a Amparo Sancho, una ex funcionaria de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, que ya trabajaba en esa época en el cuerpo y que le sirvió de mucha ayuda, porque le llevó a varios policías y a conocer historias que hicieron variar la verdad ideológica de la novela.

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