La FIFA dijo el viernes que el partido de vuelta entre Francia e Irlanda de la repesca para ir al Mundial de 2010 no se volverá a jugar, pese a las peticiones de la Federación Irlandesa de Fútbol por la mano flagrante en la jugada que derivó en un gol francés.

"El resultado del partido no se puede cambiar y el partido no se puede repetir. Como se menciona claramente en los reglamentos del juego, durante los partidos, las decisiones son adoptadas por los árbitros y esas decisiones son finales", dijo la FIFA en un comunicado publicado en su web (www.fifa.com).

Las selecciones de fútbol de Irlanda y Francia empataron el miércoles 1-1 en París en el partido de vuelta de la repesca para ir a Sudáfrica.

El gol de Francia, que permitió su clasificación, fue anotado por el defensa William Gallas tras un pase del delantero Thierry Henry, que tocó el balón primero con el brazo y luego con la mano sin ser sancionado por el árbitro, el sueco Martin Hansson.

La federación irlandesa (FAI, por sus siglas en inglés) dijo el jueves que el incidente, que dominó toda la actualidad en Irlanda y llegó a tratarse en el Parlamento, ha "dañado la integridad del deporte".

El Gobierno de Irlanda apoyó la petición para que se repitiera el encuentro y el primer ministro, Brian Cowen, dijo que iba a tratar el asunto en Bruselas con el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Sin embargo, el seleccionador de Irlanda, el italiano Giovanni Trapattoni, allanó el camino para la decepción cuando dijo en una rueda de prensa el jueves que sería imposible volver a jugar el encuentro.

"No puedo pedir esto porque sé que es imposible. Cuando un árbitro decide, para mí termina el juego", dijo.

Pero, en su lugar, criticó la decisión de hacer cabezas de serie en el sorteo de las repescas y pidió a la FIFA que elimine las prórrogas en este tipo de eliminatorias, ya que a su juicio da una ventaja al equipo local en el partido de vuelta.