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Filipinas admite que alguno de los rehenes extranjeros pudo morir por disparos policiales

EFE

El Gobierno de Filipinas admitió hoy por primera vez que "existen grandes probabilidades" de que la Policía hubiese matado a algunos de los ocho turistas extranjeros secuestrados en un autocar en Manila en agosto.

La secretaria filipina de Justicia, Leila de Lima, señaló que los expertos consideran imposible que algunas de los casquillos hallados en el vehículo fueran disparadas por el secuestrador.

De Lima, que dirige una investigación especial sobre la actuación de la Policía, añadió que el examen forense de alguno de los cadáveres no concuerda con el relato del conductor del autobús, quien afirmó que el secuestrador, el ex capitán de la policía Rolando Mendoza, disparó y mató a los rehenes.

De Lima clarificó que el objetivo principal de su cometido no es determinar quién mató a las víctimas, pero consideró necesario esclarecer este punto para que el informe que elaboran sea lo más riguroso posible.

Mendoza, expulsado de la Policía en 2008 por un delito de extorsión, secuestró el 23 de agosto un autobús con turistas de Hong Kong en el centro de Manila para forzar a las autoridades a que le readmitiesen en el cuerpo y a revisar su caso.

El secuestro acabó a las doce horas con la muerte de ocho de los 25 rehenes y Mendoza.

Desde el primer día, las autoridades atribuyeron al ex policía la muerte de los ocho turistas, pese a que los cuerpos de seguridad también dispararon contra el autobús y mataron al secuestrador de un tiro en la cabeza.

El presidente filipino, Benigno Aquino, ha reconocido su responsabilidad en el trágico desenlace después de recibir críticas por su falta de decisión, pero también ha dicho que no se debe juzgar a su Gobierno sólo por la gestión del secuestro.

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