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La fotografía que amó a Nueva York

El MoMA enseña uno de los fondos más importante scon motivo de la exposición Retratos de Nueva York

ISABEL REPISO

Poliédrica y desenfrenada. La exposición Retratos de Nueva York consigue la confusión de la gran metrópoli a través de la visión de 93 grandes fotógrafos del siglo XX. Hasta el 14 de junio La Casa Encendida de Madrid alberga las 145 fotografías procedentes de los fondos del MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York). Desde los freaks de Diane Arbus al urbanismo documentado por Berenice Abbott, pasando por la aristocracia de Irving Penn... Allá donde mire el espectador descubrirá una Nueva York cambiante.

La última vez que el MoMA presentó en España parte de sus fondos fotográficos fue en 1995, en una muestra organizada en el Reina Sofía, recordó la comisaria de Retratos de Nueva York, Sarah Hermanson. Entonces, aparecían integradas en una visión continental de América, diversas imágenes de Nueva York.

Ahora, la selección de estos fondos fotográficos del MoMA ha sido dispuesta en tres salas que huyen de la narración cronológica y de una división por temáticas. 'La exposición que después viajará a Rovereto (Italia) y a Dublín muestra la modernización que experimentaron la ciudad y la fotografía entre 1888 y 2005', explicó Hermanson, conservadora del Departamento de Fotografía del MoMA. La comisaria recordó que 'cualquier selección de fotos de Nueva York es incompleta'. El MoMA posee unas 50.000 fotografías, de las que Hermansonpreseleccionó 500.

La urbe como materia prima

El primer contacto con estos Retratos sucede con la fotografía de Lewis W. Hine Soldadores (1930), que enseña los trabajos de ensamblaje del Empire State. Una fotografía que anticipa la tormenta de imágenes que acecha al visitante y que presenta a la ciudad como 'materia prima' para la creación artística. 'La primera sala alberga trabajos hasta 1960. La segunda evoca la noche de Nueva York y las fotografías noticiosas que se hicieron sin intención artística. Y la tercera va de 1960 al siglo XXI', precisó Hermanson.

'Estas fotografías han ayudado a definir el concepto que los neoyorquinos tienen de sí mismos y a crear un imaginario de la ciudad en todo el mundo', agregó la encargada de cuidar las imágenes a su paso por la sala. El atractivo de la exposición, como pretendía su comisaria, está en aprovechar la ciudad de Nueva York como motivo para 'contar la historia de la fotografía del siglo XX'. Eso sí, una historia visual que no cita los movimientos que participaron en la evolución del medio.

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