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Las fotografías de Koudelka, testimonio excepcional de la invasión de Praga

EFE

Escenas de miedo, violencia e impotencia reflejan las cientos de fotografías que capturó el checo Josef Koudelka durante la invasión soviética de Checoslovaquia que acabó en 1968 con los sueños de libertad de la Primavera de Praga, y que ahora pueden verse en Buenos Aires.

El Espacio de Arte de la Fundación Osde acaba de inaugurar la muestra "Invasión 68 Praga", una selección de 197 instantáneas en blanco y negro en las que Koudelka radiografía en primera persona la oposición a la entrada de los tanques del Pacto de Varsovia en Praga en agosto de 1968.

Koudelka, de 72 años, era la noche del 20 de agosto de 1968 un joven ingeniero aeronáutico y fotógrafo teatral que no dudó en adentrarse en las protestas para atestiguar desde primera línea el pulso ciudadano ante la cruenta invasión soviética que aplastó los intentos aperturistas de las autoridades checas y se saldó con 108 muertos.

"Hizo las fotografías para él mismo, sin pensar en la trascendencia que tendrían en el exterior", apuntó hoy a Efe Gabriela Vicente, gestora cultural de la Fundación Osde.

Las instantáneas reflejan el día a día del despliegue de las tropas del Pacto de Varsovia por las calles de Praga desde el 20 al 27 de agosto, mostrando desde los rostros de incredulidad de la población ante el avance de los tanques hasta escenas de auténtica represión.

Como la de un hombre que yace muerto en el suelo junto a una bandera checa o la de dos jóvenes, poseídos por la rabia y la frustración, que lanzan adoquines contra un tanque en llamas.

También destacan las que muestran a cientos de personas agolpadas frente a los imponentes tanques estacionados en la céntrica plaza de Wenceslao, unas instantáneas que Koudelka tomó desde encima del convoy militar.

"El pueblo protegía al fotógrafo", señaló Vicente, quien califica a Koudelka como un "referente de la fotografía documental".

Otras imágenes muestran escenas de desolación entre los habitantes de Praga, como la de una mujer que llora desconsolada ante el paso de los camiones militares o la de un anciano con la mirada pérdida frente a un edificio en ruinas.

El fotógrafo checo también retrató los días posteriores a la entrada de los tanques en escenas que muestran las calles de la ciudad completamente vacías o el nerviosismo de las personas que se agolpaban a leer un mismo periódico o a escuchar un transistor de radio.

Koudelka tomó todas esas fotografías clandestinamente y una vez logró revelar el material, filtró las imágenes a la agencia estadounidense Magnum, para la que luego acabaría trabajando, aunque lo hizo de un modo anónimo, con la firma de "fotógrafo checo" para protegerse de posibles represalias.

Hasta 1984 Koudelka no reconoció la autoría de las fotografías, que no fueron publicadas en su país hasta 1991, dos años después de la caída del muro de Berlín.

La exposición de Buenos Aires, la primera del checo en Argentina, está basada en el libro que publicó en 2008 con una selección de 250 fotografías de la invasión de Praga.

La entrada de los tanques soviéticos acabó con las políticas aperturistas que había impulsado el secretario general del Partido Comunista Checo, Alexander Dubcek, en la denominada Primavera de Praga.

Este movimiento, coetáneo con el Mayo Francés, abogaba por el abandono de la censura y la defensa de los derechos y las libertades políticas.

La muestra de Koudelka permanecerá en Buenos Aires hasta el próximo 2 de octubre y forma parte del Festival de la Luz, el evento de fotografía más importante de Latinoamérica que se celebra en 31 ciudades argentinas.

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