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"Franco tiene que salir del Valle de los Caídos"

Las asociaciones de víctimas del franquismo tienen claro que cualquier debate sobre el futuro del recinto pasa por llevarse de allí los huesos del dictador

PATRICIA CAMPELO

Ante la posibilidad, nombrada hoy por el ministro de presidencia, Ramón Jáuregui, de sacar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos, las asociaciones de víctimas del franquismo piden que esa idea se convierta ya en una realidad. 

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) espera que tanto los restos del dictador como los del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, 'sean entregados a sus familiares para que dispongan de ellos como consideren oportuno'. Así se ha expresado Emilio Silva, presidente de la entidad que lleva más de 10 años localizando fosas comunes e identificando los restos por métodos científicos.

Silva lamenta el 'trato degradante que supone hacer a las víctimas pagar el mausoleo de un verdugo' y evidencia la incongruencia que supone el hecho de que 'quienes defendieron la democracia se encuentren en fosas comunes y quienes la destruyeron en grandes mausoleos'. 'Es hora de ordenar democráticamente estos aspectos de la vida pública', señala. 

Para Ludivina García Arias, presidenta de la Asociación de Descendientes del Exilio Español, es 'fundamental' que los restos de Franco salgan del recinto de Cuelgamuros. 'Lo primero es que extraigan de allí esos huesos y después ya se podrá hablar del destino de las instalaciones', ha defendido.

Ludivina García considera fundamental que los restos de Franco salgan del Valle antes de debatir el futuro del recinto

Sobre la complicada tarea de transformación el 'gran símbolo del nacional catolicismo' en un lugar de memoria democrática se ha pronunciado José María Pedreño, presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria . Pedreño no cree que la solución pase por la reforma del recinto sino por la 'desaparición' del mismo.

'Dejar su destino en manos de expertos no conlleva una salida democrática ya que seguirá siendo un resto del fascismo y un lugar de peregrinación fascista', ha señalado, para después señalar las dificultades de cambiar los frescos de la basílica, 'llenos de símbolos de falange y del carlismo'.

Por su parte, la asociación que preside Silva aboga por la remodelación del Valle de los Caídos conforme a una propuesta de ley que presentó en el Congreso en 2002 en la que reivindicaban un uso democrático del conjunto monumental. 

Convertir el recinto en un lugar aconfesional que conserve el recuerdo de las víctimas es algo en lo que coinciden las asociaciones.

'Hay que honrar a las personas que fueron sometidas a la esclavitud de construirlo y contar quiénes era, cómo realizaron la obra y por qué los eligieron a ellos', afirma Silva que añade que el papel de la jerarquía de la iglesia católica en la dictadura 'fue el de cooperador y encubridor de las violaciones de derechos humanos del régimen y no es comprensible que el Valle se conserve como lugar de culto católico'.

La solución, a juicio de Pedreño, pasa también por la aconfesionalidad: 'Mientras haya una basílica sagrada y una cruz que representa el nacional catolicismo el Valle de los Caídos mantendrá su carácter original'.

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