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Fritzl condenado a cadena perpetua por asesinato y violación

Reuters

Por Sylvia Westall

Josef Fritzl fue condenado el jueves a cadena perpetua en una institución psiquiátrica por encerrar y violar a su hija durante 24 años, teniendo siete hijos con ella, y causar la muerte de un bebé.

"Acepto el veredicto", dijo el electricista jubilado austriaco, de 73 años, al tribunal tras la decisión unánime del jurado formado por tres hombres y cinco mujeres en San Poelten, al oeste de Viena. La fiscalía también lo aprobó, lo que significa que el resultado del juicio no puede ser recurrido.

Fuentes judiciales dijeron que Fritzl regresaría a la cárcel de St Poelten por el momento hasta ser trasladado a una institución para delicuentes enfermos mentales donde podrá recibir terapia.

Las fuentes dijeron que su condición sería reevaluada en 15 años y, en teoría, si se le considerara curado, podría ser puesto en libertad. Pero tanto Fritzl como su abogado han dicho que cuentan con que pasará el resto de su vida en prisión.

Fritzl se había declarado culpable en los cuatros días de juicio de incesto, violación, esclavitud, coacción y asesinato, por negligencia por la muerte de uno de los pequeños nacido en el sótano, donde confinó a su hija Elisabeth, hoy de 42 años, durante 24 años.

"No puedo hacer nada más (sobre lo ocurrido)... Lo siento desde lo más profundo de mi corazón", dijo Fritzl en su último testimonio al final del juicio.

Inicialmente negó los cargos de asesinato y esclavitud pero cambió su declaración después de ver el testimonio grabado en vídeo de once horas de su hija Elisabet proyectado en el juicio en la sesión del martes.

El jubilado electricista fue condenado por asesinato, la acusación más grave, porque el jurado consideró que durante 66 horas no hizo nada para buscar asistencia médica a pesar de saber que la vida del bebé corría peligro por problemas respiratorios.

El abogado de Elisabeth dijo que las declaraciones de Fritzl no le parecían importantes, sugiriendo que con ellas sólo estaban intentando conseguir una sentencia reducida.

El abogado defensor Rudolf Mayer confirmó las informaciones que indicaban que Elisabeth había asistido a la sesión de martes y dijo que Fritzl se quedó "devastado" cuando la vio en la galería mientras se proyectaba el vídeo de su testimonio.

Mayer dijo que no había tenido nada que ver con el inesperado cambio de declaración de su cliente.

En su alegato final, la fiscal jefe Christiane Burkheiser dijo que Fritzl había degradado a Elisabeth a "una condición de total dependencia y la había tratado como si fuera de su propiedad".

AGONIA

La fiscal dijo que Fritzl cometió asesinato porque tuvo 66 horas para buscar ayuda médica para el bebé recién nacido, cuyos problemas respiratorios comenzaron en el parto al venir con el cordón umbilicar alrededor del cuello, pero no hizo nada conscientemente y lo dejó morir.

"No sólo vio sino que escuchó la agonía del bebé ... durante 66 horas", dijo Burkheiser.

Mayer alegó que Elisabeth no describió la lucha por su vida del bebé en el diario que llevó en el sótano.

Burkheiser también dijo que Fritzl había demostrado unas "increíbles habilidades manipuladoras", por ejemplo, al llevar a su hija al sótano haciéndola creer que necesitaba ayuda para transportar una puerta.

Fritzl entró en la última sesión del juicio el jueves flanqueado por una docena de policías, vistiendo el mismo traje gris con camisa azul y corbata.

Los fiscales dijeron que los niños mantenidos en cautividad nunca habían visto la luz del día y que habían visto cómo Fritzl había violado repetidamente a su madre.

"Su necesidad básica era el poder. Se trata de la dominación, del poder, del control", dijo la psiquiatra Adelhedi Kastner, que evaluó a Fritzl antes del juicio, en su testimonio sobre la sexualidad del acusado.

Los abusos de Fritzl salieron a la luz el pasado abril, cuando llevó al hospital a su hija de 19 años Kerstin, la mayor de las nacidas en cautiverio, después de que enfermera gravemente.

Elisabeth y sus seis hijos, tres de los cuales vivieron en el sótano desde su nacimiento, viven ahora en un lugar no revelado bajo nuevas identidades.

Tres de los niños fueron criados por Fritzl y su mujer Rosemarie después de que él dijera que Elisabeth los había abandonado y se había unido a una secta.

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