Si finalmente el Parlament de Catalunya prohíbe los toros, ¿cómo afectará al resto de España?

Catalunya será la primera comunidad autónoma en prohibir los toros, pero acabarán cayendo en otros sitios. Por eso hay esta euforia.

¿Por qué piden la prohibición de las corridas de toros y no, por ejemplo, de los correbous (encierros), tan populares en el sur de la provincia de Tarragona?

Si fuera por mí, también los prohibiría, pero las cosas tienen que ir despacio. Hay un clamor popular contra las corridas de toros y no tanto contra los encierros. Pero ellos saben que después será su turno, y por eso forman un bloque unido [en contra de la ILP].

Los taurinos dicen que los animales no tienen derechos. ¿Qué piensa usted?

Podríamos discutir sobre eso largo y tendido. Hace muchos años las mujeres y los negros no tenían derechos, pero la sociedad comprendió que debían tenerlos. Estoy convencido de que, a la larga, los animales también adquirirán sus derechos. Sin embargo, tampoco estamos pidiendo que tengan derecho a voto, ¡sólo que vivan con dignidad!

Para algunos, la tauromaquia es un arte, y por eso, afirman, no se puede prohibir.

Podemos aceptar que es arte e incluso que es cultura. Lo que pasa es que cuando implica la muerte y el sufrimiento del animal, no se puede continuar practicando, por muy arte que sea. Hay cuadros muy importantes que representan la crucifixión de Jesucristo,pero no crucificamos a alguien cada día.

Luis Corrales, coordinador de la Plataforma en Defensa de la Fiesta, ha comparado a los animalistas con Hitler.

Los taurinos están muy nerviosos, es normal. Igual que me pongo en la piel del toro, también me pongo en la suya y es lógico que estén nerviosos. Antes nos comparaban con Walt Disney, decían que infantilizábamos a los animales y a nosotros mismos. Ahora nos comparan conHitler. Están desesperados.