Las tropas de la coalición liderada por EEUU y las fuerzas afganas han acabado con la vida de siete supuestos insurgentes y han arrestado a otros siete en varias ofensivas militares, informó hoy la comandancia estadounidense.

En un comunicado, el mando militar de EEUU aseguró que un contingente de tropas estadounidenses y guardias fronterizos afganos llevaron a cabo hoy una operación contra líderes paquistaníes de la red integrista Haqqani en la provincia oriental de Khost.

Durante el transcurso de la operación, diseñada para desmantelar instalaciones de esta red ligada a los talibanes, los integristas abrieron fuego con armas ligeras y las fuerzas extranjeras y afganas contraatacaron y acabaron con la vida de cuatro insurgentes.

Uno más resultó herido pero fue trasladado a una unidad de cuidados de la coalición, tras lo cual fue arrestado.

Otro integrista que intentaba huir fue finalmente detenido, aunque otros tres lograron escapar.

En las instalaciones del grupo Haqqani, controlada supuestamente por el ex muyahidín Jalaludín Haqqani y su hijo Sirajudín desde Pakistán, se hallaron explosivos y armamento.

En el mismo comunicado el mando militar de EEUU informó de otra ofensiva en la conflictiva provincia sureña de Kandahar, también conducida hoy por sus soldados y fuerzas afganas.

Tres supuestos talibanes murieron en el distrito de Maywand durante la operación, que tuvo como objetivo dos refugios de insurgentes que habían organizado ataques en la región, según la nota.

Y en la provincia central de Ghazni, la Policía afgana "capturó" con la ayuda de las tropas de EEUU a dos insurgentes acusados de suministrar armamento y explosivos a los comandantes talibanes.

Ningún civil o efectivo de las fuerzas norteamericanas y afganas murió durante estas ofensivas, según el mando militar de EEUU.

La insurgencia talibán tiene sus principales feudos en el tercio meridional del país -Kandahar y Helmand- pero durante el último año ha ganado presencia en el este afgano, fronterizo con Pakistán, especialmente en Khost.

Cada vez son más frecuentes las operaciones conjuntas entre las tropas extranjeras y las fuerzas afganas, que reciben entrenamiento para afrontar con garantías la amenaza talibán.

Estados Unidos planea enviar en los próximos meses 17.000 soldados más a Afganistán.