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Fukuda eleva a la cúpula del PLD a los barones que lo auparon al poder

Agencia EFE

Yasuo Fukuda, que será elegido mañana primer ministro de Japón, ha colocado a líderes de las corrientes internas de su partido en la cúpula del Partido Liberal Demócrata (PLD) para premiar su apoyo en su ascenso al poder.

Menos de 24 horas después de ser nombrado presidente del PLD, un cargo que lo convertirá mañana en primer ministro, Fukuda anunció hoy una remodelación de la cúpula del partido en la que se premia a los líderes de las facciones internas del partido.

El PLD, que desde el final de la Segunda Guerra Mundial ha actuado como un partido único de facto, tiene nueve facciones internas, que en los comicios internos de ayer dieron su apoyo mayoritario a Fukuda.

Aso fue considerado como el heredero natural en la confusión de los primeros momentos tras el anuncio de la dimisión de Abe, hace doce días.

Pero la repentina irrupción en escena de Fukuda se atribuye a un golpe de timón del aparato del partido para sacar al PLD del cenagal al que lo guió Abe.

El ministro de Educación, Bummei Ibuki, se convertirá en el secretario general del partido en sustitución de Taro Aso, el perdedor de la carrera por la presidencia del PLD resuelta ayer con la elección de Fukuda por 330 votos contra 197.

Fukuda nombrará asimismo al ex ministro de Finanzas Sadakazu Tanigaki presidente del Consejo de Investigación Política del partido, un puesto clave en la organización, según fuentes del PLD manejadas por Kyodo.

Tanigaki, que renunció a competir por la presidencia del partido en esta ocasión pero se la disputó a Abe hace un año, e Ibuki encabezan sendas facciones internas del PLD, precisamente los órganos que han aupado a Fukuda a la victoria.

Aso ha sorprendido a muchos miembros del partido con el apoyo recibido en la votación de ayer, cercano al 40 por ciento, y es probable que Fukuda le reserve un puesto de honor el en próximo ejecutivo.

Al fin y al cabo, Aso recibió ayer un porcentaje de voto muy alto entre los representantes territoriales del PLD, el sector del partido que está sufriendo en sus carnes con más intensidad las consecuencias de las reformas económicas emprendidas por Junichiro Koizumi, el predecesor de Abe.

Además, a Fukuda no le habrá pasado desapercibida la manifestación de apoyo a Aso, amante confeso del manga japonés, organizada ayer a través de Internet a la que acudieron 300 jóvenes simpatizantes, una muestra de cariño popular muy extraña por parte de una juventud totalmente desapegada de la política.

La necesidad de apoyo popular del PLD es imperiosa en un momento en el que la desilusión invade a una sociedad que es testigo por segunda vez consecutiva del ascenso al poder de un hombre por el que no ha votado.

El todavía primer ministro, Shinzo Abe, ingresado a causa de una enfermedad relacionada con su aparato digestivo desde el día después de su anuncio de dimisión, ofreció hoy desde el hospital una rueda de prensa en la que pidió perdón por el mal momento que escogió para su retirada.

Abe anunció su dimisión el pasado día 12, seis semanas después de una severa derrota electoral y sólo dos días después de haber anunciado en la apertura de la sesión de la Dieta, el Parlamento japonés, las líneas maestras de su proyecto político.

Múltiples observadores y los sectores del PLD que han colocado a Fukuda al frente del partido consideran que Abe debió dimitir tras la humillante derrota en los comicios a la Cámara Alta de hace casi dos meses.

El frenesí de la sucesión en los medios de comunicación ha ocultado desde entonces el estado de salud de Abe, que no ha entregado sus poderes a su ministro portavoz mientras estaba en el hospital y ha creado un vacío de poder en Japón.

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