Aunque la Ley de la Memoria Histórica recalca el carácter 'exclusivamente espiritual' del monumento, a punto de cumplirse 33 años de la muerte de Franco, la fundación que lleva su nombre ya ha marcado en el calendario la fecha para la tradicional misa anual. Será el próximo sábado 22 de noviembre en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. El acto que debió acompañar a la misa escogida por el partido de la dictadura, Falange Española, fue convocado para ayer, pero la Guardia Civil abortó la operación en aplicación de la ley.

El propio régimen ideó el valle en su decreto fundacional de 1940 en estos términos: 'La dimensión de nuestra Cruzada, los heroicos sacrificios que la Victoria encierra y la trascendencia que ha tenido para el futuro de España esta epopeya, no pueden quedar perpetuados por [...] sencillos monumentos'. Sin duda, el Valle de los Caídos no era un monumento a la reconciliación como resaltaron sus creadores y destacan ahora los neofranquistas.

'Pocas veces una nación ha apagado tan súbitamente la luz de su memoria'. Es una de las frases de la homilía que, el año pasado, rendía homenaje a Francisco Franco en el Valle de los Caídos.

La negociación de la ley estaba de plena actualidad. Un año después, es el juicio a los crímenes del franquismo de Garzón el que ha vuelto a poner en la agenda la utilidad que un Estado democrático debe dar al recinto religioso que recoge los restos de un dictador. De momento, ha sido declarado útil sólo para el 'culto religioso'.