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Futuro incierto en el sector

A.M.V.

El año 2009 ha apretado las clavijas, y de qué manera, al sector de la distribución. La tendencia ha sido global, aunque ha afectado muy especialmente a España, un mercado antaño boyante hacia el que miran con preocupación grandes multinacionales del sector presentes aquí, como las francesas Carrefour y Alcampo.

Los márgenes de los grupos de distribución están en mínimos

Las cadenas se enzarzaron a partir de finales de 2008 (el año en el que los precios de muchos alimentos se volvieron locos como consecuencia del espectacular encarecimiento del petróleo) en una guerra de precios que parece llegar a su fin, ya que no hay margen para más descuentos: la rentabilidad de las cadenas está en mínimos.

No en vano, en mayo pasado, el director de compras de gran consumo de El Corte Inglés, José Ignacio Caballero, propuso, en un congreso de distribuidores y empresas de alimentación, 'un gran pacto sectorial para salir de la crisis' con el objetivo de que 'fabricantes y distribuidores, juntos, tiren para arriba'. Caballero pidió 'colaboración de verdad, no con la boca pequeña', para poner fin a la guerra de precios. '¿Hasta cuándo vamos a estar así? ¿Estamos locos?', se preguntó.

La reclamación de Caballero levantó ampollas e incluso llevó a algunos sectores a reclamar la intervención de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC). Sin embargo, desde el punto de vista empresarial, tiene sentido. Si se analizan los resultados de 2009 de los seis grandes de la distribución en España (El Corte Inglés, Carrefour, Dia, Alcampo, Eroski y Mercadona), la conclusión es clara: todos han tenido que renunciar a parte de sus márgenes para evitar la fuga de clientes. Sólo uno (Mercadona) ha conseguido facturar más (apenas un 0,8%), a costa de una agresiva política de reducción de referencias (sólo han quedado las más demandadas) y precios (el año pasado, los bajó un 10%), y de una apuesta por la llamada marca blanca (más barata).

Todo apunta a que la guerra de precios en los súper' toca a su fin

En cuanto a los resultados, de las cuatro empresas que los desglosan (Carrefour y Alcampo no lo hacen), una de ellas, Eroski, continúa en pérdidas, aunque las ha reducido un 29%, hasta 68,9 millones. El grupo vasco todavía está enfrascado en la digestión de la compra de la cadena catalana Caprabo, que se cerró justo al final del anterior ciclo económico y que disparó su deuda por encima de los 1.700 millones de euros.

El que mejor parado ha salido en términos de ganancias ha sido El Corte Inglés, que sólo las ha reducido un 1,5%, aunque cuenta con un abanico de productos y servicios mayor que el de sus rivales. Mercadona, por su parte, ha visto caer su beneficio neto un 15,6% (hasta 270 millones) y Dia, un 11,8% (hasta 151,9 millones).

El futuro es todavía incierto por las dudas sobre la recuperación y porque septiembre, un mes tradicionalmente bueno para el sector (hay que llenar las neveras tras las vacaciones, equipar a los hijos...), se presenta complicado: algunas empresas temen que la convocatoria de huelga general del próximo día 29 haga mella en la maltrecha confianza del consumidor.

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