Público
Público

Gambas al Pimpi y karaoke para todos

Como si fuéramos devotos de una santidad local, una veintena de personas esperamos durante una hora a que un estrecho local abra sus puertas

OSCAR ABOU-KASSEM

Como si fuéramos devotos de una santidad local, una veintena de personas esperamos durante una hora a que un estrecho local abra sus puertas. Cuentan que todas las noches se forma la misma cola. El templo es un bar marisquería situado en el malagueño barrio de El Palo. Se llama el Pimpi y tiene un ritual inalterable: a las 21.15 se entra corriendo a coger sitio, los más preciados las banquetas. Durante una hora se va tomando nota a todos los clientes de tres generaciones. Cuando todo el mundo ha completado su pedido la música se pone a tope. Coplas, pop-rock español de los setenta e incluso Nancy Sinatra animan al personal.

La decoración es España cañí total: santos, vírgenes, folclóricas y fotos de artistas llenan las paredes. Apretados en el espacio de un pasillo de autobús urbano es imposible no relacionarse con los vecinos de barra. Es un local que no aparece en las guías más turísticas. Casi todos son nativos. Menos Carlos y Orlando, dos riojanos que han venido de vacaciones 'a pasarlo bien y a ligar todo lo posible'. No tienen éxito en sus intentos de realizar intercambios culturales con un grupo de cuatro chicas. A la cuarta cerveza ya cantan hasta La Zarzamora.

Aquí se canta a grito pelado el Corazón contento de Marisol: 'Pa-pa-ra-pa-pá.'. La felicidad desborda en cada canción

Porque en el Pimpi no sólo se viene a comer un marisco exquisito. Aquí se canta a grito pelado el Corazón contento de Marisol: 'Pa-pa-ra-pa-pá.'. La felicidad desborda en cada canción. El responsable de todo esto es Jesús, que tras sufrir un infarto y pasar tres semanas en la UCI ha dejado la barra a su hijo para limitarse a ejercer de Dj. 'Ahora con Internet yo mismo me hago mis propios CD'.

En la cocina cuenta el origen del nombre. 'Al principio venían a tomar unas gambas al pil pil, pero la gente pronunciaba pimpi y así se quedó el nombre'.

Es vísperas de fiestas en Málaga y en la peña flamenca Juan Breva están preparando su caseta para la feria de día. 'Nos has pillado en bragas', dice Paco el tesorero. Están trasladando todos los cárteles, la bebida y la comida a la carpa que tienen en la plaza de la Merced. Me cuenta que en los próximos nueve días por su caseta pasarán 42 artistas. Abren a media mañana y cierran a las 18.30. Pero la marcha seguirá toda la noche en el recinto ferial (El Real) situado a las afueras de Málaga.

Agustín y Antonio discuten en una mesa de la peña sobre las estrellas del cante. 'El mejor no existe en nada', dice Agustín justo antes de arrancarse con un fandango mientras acompaña el ritmo golpeando con los nudillos en la mesa. Están un poco moscatel porque ahora los artistas vienen con el repertorio memorizado y no atienden a sus peticiones.

En esta peña solía actuar Gregorio Sánchez Fernández, más conocido como Chiquito de la Calzada. Me dicen que anda un poco desaparecido y no le esperan por aquí estos días. Mientras aguardan el arroz caldoso van recordando cotilleos de hace 20 años. 'Tenemos ya años para conocer a mucha gente'.

En la peña todo el mundo es bienvenido menos los que armen bronca o vayan sin camiseta. Una moda muy común aquí y que durante la feria de Málaga alcanza su apogeo. La gente suele referirse a los practicantes del particular top-less como merdellones. Un concepto despectivo que se ha ido ampliando con los años para incluir a los que hablan a voces, a las que van forradas de joyas, a los que le gusta montar peleas y a los horteras en general para los que el mejor plan posible es echar la tarde en el centro comercial de cabecera.

Se desconoce exactamente la procedencia del término, genuinamente malagueño. Unos dicen que viene del italiano merdellone (merdoso) pero la mayoría prefiere tomarlo como una interpretación poco precisa del francés (merde gens).

Esperando a los fuegos artificiales y al inicio de la feria, Málaga parece un buen lugar para empezar las vacaciones. Aquí acaba la primera parte de una ruta que arrancó 15 días atrás en Girona. Se quedan en buenas manos.

 

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias