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Gasolineras flotantes en el Estrecho

Alerta. Los vertidos de fuel en el mar son una amenaza constante en la bahía de Algeciras.

CARLOS ÁLVAREZ

l Estrecho de Gibraltar es la autopista acuática entre el sur de Europa y el norte de África. Como todo punto fronterizo que se precie, las actividades que rozan la legalidad constituyen uno de los pilares de su economía. A los tradicionales contrabandos de personas, drogas y, no tantos lustros atrás, tabaco, la bahía de Algeciras suma el dudoso honor de ser la única zona de Europa donde se permite el bunkering, una práctica que consiste en el abastecimiento de combustible desde un barco a otro en medio del mar, con el consiguiente ahorro de las tasas que supondría hacerlo en puerto. Son las conocidas como gasolineras flotantes.

El impacto económico de la industria portuaria del área del Estrecho equivale al 7,7% del PIB andaluz, según un estudio del Departamento de Teoría Económica y Economía Política de la Universidad de Sevilla. Este dato aumentará cuando el macropuerto Tánger-Med funcione
a pleno rendimiento.

La zona del Estrecho ve pasar cada año unos 100.000 barcos (aproximadamente el 10% del tráfico marítimo mundial), de los que se calcula que unos dos tercios transportan mercancías peligrosas y unos 5.000 son buques petroleros. El Parque Natural del Estrecho (muy rico en diversidad de fauna y fondo marinos por ser punto de encuentro de dos mares y dos continentes, según explican desde WWF/Adena) acoge a diario a entre diez y veinte gasolineras flotantes que al año expenden más de siete millones de toneladas de combustible.

Fuel del mar Báltico

La mayor parte del fuel que manejan estos buques de suministro procede del mar Báltico. Este combustible contiene mayor porcentaje de azufre que otros, lo que agrava aún más los riesgos medioambientales. De lo rentable de esta peligrosa práctica da fe un dato: dos de cada tres barcos que acuden a repostar a la zona del Estrecho lo hacen en el mar, y evitan entrar a puerto. No es de extrañar que los accidentes se sucedan.

Desde julio de 2000 ha habido nueve siniestros graves en la zona y han encallado varios navíos. La última amenaza frente a las costas de Algeciras fue un buque chatarrero: el New Flame. El temporal de Levante partió su casco en dos, lo que provocó el vertido de fuel en el litoral de Algeciras. Los miembros del dispositivo activado por el Gobierno andaluz retiraron más de 11 toneladas de residuos -una de ellas exclusivamente de hidrocarburo, sin mezcla de agua o arena- de las playas de Getares y El Rinconcillo, en Algeciras.

Ahora, varios remolcadores y barcos están desmontando el buque encallado para evitar el esparcimiento de las 42.000 toneladas de chatarra que permanecen en el New Flame. Aun así, resulta llamativo que hasta ahora no se haya registrado ninguna catástrofe medioambiental del impacto que tuvo, por ejemplo, el hundimiento del Prestige frente a las costas de Galicia.

Pero el hecho de que no se contabilice ningún incidente especialmente grave hasta el momento no oculta que el 88% del petróleo que se vierte al agua del mar no procede de las grandes mareas negras, sino que se produce de manera silenciosa y constante. Por ejemplo, en vertidos menores por trabajos de limpieza de tanques y sentinas (aquí también el Estrecho está a la cabeza de la clasificación europea), de fuentes terrestres o por bunkering.

El asunto ha llegado ya hasta la Unión Europea. Tras el accidente del Sierra Nava el 28 de enero del pasado año, el eurodiputado verde David Hammerstein realizó una pregunta a la Comisión Europea sobre el suministro de combustible en el mar y los vertidos en la bahía de Algeciras. También hizo un llamamiento a las autoridades comunitarias para que se tomasen medidas y prohibieran la práctica, hasta ahora sin resultados.

A esta reivindicación se suman asociaciones ecologistas como Greenpeace, WWF/Adena o la sección de Ecologistas en Acción en el Campo de Gibraltar, Verdemar. Esta última agrupación solicitó recientemente una entrevista con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para exponerle los peligros del bunkering e incluso denunció que 'algunos políticos españoles se benefician de esta práctica'. El portavoz de Verdemar, Antonio Muñoz, apunta a la empresa Ducar, 'que está suministrada por una gasolinera flotante de la empresa Vemaoil'. Según Muñoz, en esta compañía participa un político nacional, lo que supone un 'atropello'. 'Aunque no sabemos si será ilegal, al menos es moralmente cuestionable', concluye Muñoz.

En estas aguas que comparten Gibraltar, España y, en menor medida, Marruecos, el combustible es suministrado principalmente por tres empresas: Vemaoil Company Ltd, Aegean Bunkering Gibraltar Ltd y Cepsa, que recoge el fuel en la refinería que tiene en San Roque hasta Gibraltar, y de allí a los barcos para respostar.

Sin vigilancia medioambiental

El no reconocimiento por parte de España de las aguas territoriales de Gibraltar dificulta un poco más el control de las actividades de estas gasolineras flotantes. Más aún cuando, a pesar del altísimo tráfico y el riesgo ambiental, la zona carece de vigilancia por medio de un barco
anticontaminación.

Uno de los buques cisterna de la empresa Vemaoil, el Vemabaltic, con capacidad para almacenar hasta 80.000 toneladas de combustible, fue investigado por el Fondo Internacional de Indemnización de Daños por Contaminación de Hidrocarburos, después de muchas denuncias de las organizaciones ecologistas. Tras la investigación, la compañía lo sustituyó por el petrolero Vigour, que hace bunkering a una milla de Gibraltar y que, según Verdemar, presenta serias deficiencias.El futuro de la colonia británica está siendo tratado en el conocido como Foro Tripartito, en el que participan los gobiernos de España, Reino Unido y Gibraltar. Estas negociaciones ya han dado como resultado los Acuerdos de Córdoba, un paso histórico dentro del largo contencioso entre las autoridades españolas y británicas desde la ocupación del Peñón por una flota anglo-holandesa, el 4 de agosto de 1704, durante la Guerra de Sucesión española.

El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha afirmado recientemente que el asunto de los riesgos medioambientales en el Estrecho de Gibraltar será prioritario en la próxima reunión del Foro, aún sin fecha. Mientras, el Estrecho se sigue manchando de fuel.

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