No habrá un nuevo envío de tropas a Afganistán. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos cortó ayer de raíz los rumores que apuntaban a un posible incremento del contingente español.
Si la victoria electoral de Barack Obama, partidario de reforzar la misión en Afganistán, y la próxima comparecencia parlamentaria de la ministra de Defensa, Carme Chacón, había despertado las especulaciones, la muerte el domingo de dos soldados españoles las multiplicó. Con ellos son ya 87 los soldados españoles que han dejado la vida en el país asiático, 150 en la historia de las misiones exteriores.

Moratinos fue tajante. “El debate no debe ser enviar más soldados, sino cómo poner fin a la inestabilidad”, explicó poco antes de participar en el Consejo de la Unión Europea. A una autoridad aún mayor remitió en rueda de prensa José Blanco. El número dos socialista aseguró que es el propio presidente de Gobierno quien no contempla incrementar el esfuerzo español en el país asiático.

En medio del ruido, el PP aprovechó para pedir a los socialistas coherencia parlamentaria. Su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, defendió la necesidad de regular en la Cámara un proceso para aprobar en pleno y con información suficiente cada envío de tropas.

Aunque los conservadores son partidarios de que se eleve el límite de soldados en el exterior, fijado en 3.000, creen que el Gobierno mantiene cierta ambigüedad al respecto. El responsable de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, instó al Ejecutivo a “mojarse” en una cuestión que “puede acabar provocando un riesgo para la seguridad” de los soldados españoles.

Retirada de tropas

El debate no se limita a aumentar o no el número de efectivos. Dos grupos , IU y BNG, mantienen su rechazo a la misión. Ambos volvieron a reclamar ayer la retirada de las tropas. “Ni favorecen la reconstrucción en Afganistán ni refuerzan la seguridad en España”, criticó Llamazares.