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El Gobierno se resigna a superar 2009 apoyándose en las minorías

Moncloa cree que la mejor alianza frente a la crisis es con los sindicatos y empresarios

GONZALO LÓPEZ ALBA

Los mejores aliados para afrontar una situación política marcada por la crisis económica son los sindicatos y empresarios. A partir de esta tesis, sostenida desde el Palacio de la Moncloa, los socialistas creen posible que el Gobierno supere el año 2009 sin contar con un aliado estable en el Congreso. De hecho, ya tienen asumido que sufrirán 'algunos sustos' en forma de pérdida de votaciones parlamentarias.

Aunque preferirían poder contar con el apoyo de CiU o del PNV, se muestran resignados a tener que seguir ejercitando su 'cintura política' y apoyarse para el día a día en los grupos minoritarios, buscando apoyos variables en función de las materias y proyectos.

Así lo reconoció ayer el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, quien destacó en RNE que las fuerzas minoritarias 'han mostrado históricamente bastante responsabilidad'.

En cuanto a la posibilidad de un mayor acercamiento a CiU para compensar el distanciamiento del PNV, dijo no ver 'circunstancias para que exista un acuerdo de estabilidad mayor que los puntuales'. Y en cuanto al PNV, la previsión es que su primera reacción tras perder el Gobierno vasco será 'echarse al monte'.

El PSOE cree que los cinco diputados de ERC-IC-ICV, los dos de Coalición Canaria y el que tiene UPN, a expensas de la actitud que puedan adoptar sus antiguos socios del BNG, le da margen para completar mayorías, sin descartar la búsqueda de otros acuerdos 'con todos'. Tanto en el caso de ERC como de CiU, se espera que su actitud cambie cuando se haya aprobado el nuevo sistema de financiación autonómica, aunque lo descalifiquen.

En el peor de los escenarios, se apunta que el Gobierno podría prorrogar los presupuestos para 2010, año en el que podrá brillar con la presidencia de la Unión Europea y para el que se espera cierta recuperación económica. Pero 2010 es también el año en el que habrá elecciones en Catalunya, por lo que se abrirá la posibilidad de un regreso de CiU a la Generalitat y al entendimiento con el PSOE en Madrid.

No obstante, dentro del PSOE hay dirigentes que abogan por negociar con el PP un 'gran pacto nacional' para afrontar la crisis. Quienes defienden esta estrategia argumentan que 'es un clamor en las élites empresariales y económicas', y que, además, arrastraría a CiU al acuerdo. Este pacto debería extenderse a todas las reformas estructurales, no sólo a las directamente económicas, sino también a las que tienen un impacto indirecto, como la financiación autonómica que requiere mayoría absoluta, la formación profesional o la Universidad.

Sin embargo, el criterio dominante es que 'el PP no ha querido nunca, el único pacto que firmó Justicia lo ha dado por roto con la excusa de una cacería y tampoco va a querer ahora porque está en que Zapatero se cueza con la crisis'.

Los ofrecimientos hechos hasta ahora no han encontrado eco en el PP. Incluso la mesa política que propuso hace meses para estudiar las reformas estructurales no se ha constituido por según fuentes gubernamentales la falta de un interlocutor claro en el PP. Aunque el éxito electoral en Galicia ha reforzado el liderazgo de Rajoy, los socialistas opinan que no cambiará de estrategia: machacar en la idea de la incapacidad de Zapatero para sacar a España de la crisis.

El presidente, que confía en que la crisis empiece a frenarse en primavera, se reserva el cartucho de una amplia remodelación ministerial, que fuentes gubernamentales sitúan hacia el mes de julio. Previsiblemente el debate sobre le estado de la nación se aplazará hasta esa fecha, después de las elecciones europeas de junio.

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