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El Gobierno y el Parlamento de Guinea Bissau tratan de encauzar la crisis con el apoyo internacional

EFE

El Gobierno y el Parlamento de Guinea Bissau tratan de encauzar la crisis creada por los asesinatos del presidente, Joao Bernardo Vieira, y el jefe del Ejército, general Tagme Na Wai, con el apoyo de la comunidad internacional preocupada por la estabilidad del país.

La Asamblea Nacional está hoy reunida para organizar la transición conforme a las disposiciones de la Carta Magna del país, después de que el Gobierno recibiera ayer garantías de los altos mandos militares de que respetarían las instituciones y la Constitución, informaron emisoras de radio regionales y senegalesas.

Ayer, el Consejo de Ministros anunció la creación de una comisión de investigación para aclarar las circunstancias de los asesinatos de Vieira y Na Wai, después de que el primer ministro, Carlos Gomes Junior, recibiera al alto mando militar que le aseguró que los sucesos no suponían un golpe de estado.

Si se cumplen las previsiones constitucionales, la Asamblea Nacional debe designar hoy a su presidente, Raimundo Pereira, como jefe del Estado interino, con la misión de convocar en un plazo de sesenta días las elecciones presidenciales.

Sin embargo, algunos comentaristas políticos guineanos dijeron a las emisoras que podrían surgir discrepancias entre los distintos grupos que forman el legislativo respecto a la fórmula de la transición.

El Partido de la Renovación Social (PRS), del ex presidente Kumba Yala, reclama una "transición concertada", mientras que otros grupos, entre ellos el Partido de Unidad Nacional (PUN), son partidarios de la convocatoria de un foro político nacional para salvar el país de su "inestabilidad crónica".

En este contexto llegó hoy a Bissau una delegación de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), encabezada por el ministro senegalés de Asuntos exteriores, Cheikh Tidiane Gadio, para reunirse con las autoridades locales.

La CEDEAO, que condenó los asesinatos de Vieira y Na Wai, pretende ofrecer su mediación en la crisis política y también a las facciones rivales de las Fuerzas Armadas con el fin de alejar el peligro de una nueva guerra civil.

Entre 1998 y 1999, Guinea Bissau vivió un conflicto armado que se cobró miles de vidas y arruinó la de por si pobre economía nacional, basada en la exportación de productos pesqueros y anacardos.

Otra delegación de la Comunidad de los Países de Lengua Portuguesa (CPLP) es esperada hoy a Bissau y sumará sus esfuerzos a los de la CEDEAO para tratar de salvar los avances democráticos y evitar el caos en este país clasificado entre los más pobres del planeta.

En las calles de Bissau se volvió a vivir hoy una situación de normalidad, tras la jornada de confusión y temor vivida ayer después de los asesinatos del general Na Wai, el domingo por la noche en un atentado con explosivos, y del presidente Vieira, al que dieron muerte un grupo de soldados la madrugada del lunes.

Pese al vacío de poder dejado por los asesinatos, "todo funciona con normalidad hoy en Bissau", dijo hoy por teléfono a Efe Alicia Fernández, de la ONG española Asamblea de Cooperación Por la Paz, que reside en esa ciudad.

"La noche ha sido muy tranquila, ya podemos salir a la calle, el tráfico es normal y las tiendas están abiertas", detalló Fernández, al describir una situación contraria a la de ayer, cuando apenas se podían ver peatones y vehículos y la circulación estaba entorpecida por numerosos controles militares en el centro de Bissau.

Según las emisoras regionales captadas en Dakar, Bissau ha recuperado el pulso y la administración pública y las escuelas también han vuelto a funcionar con normalidad.

La comunidad internacional condenó ayer unánimemente los asesinatos de Vieira y de Na wai.

De las instituciones continentales, la Unión Africana calificó los hechos de "cobardes y atroces", mientras que la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) dijo que habían "asesinado la democracia".

Además, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a la contención y a mantener el orden constitucional en Guinea Bissau, mientras la Unión Europea pidió respeto al orden constitucional y que se traten de calmar las tensiones en el país.

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