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Grecia espera más ayudas mientras trata de convencer de su esfuerzo de ahorro

EFE

El Gobierno griego afronta de nuevo esta semana la tarea de generar confianza y convencer a sus socios y acreedores de que cumplirá las exigencias de ahorro a que se ha condicionado la entrega de ayudas que Atenas requiere urgentemente.

De momento, Atenas se ha encontrado hoy con la mala noticia de que la eurozona no decidirá en su reunión del próximo 3 de octubre sobre si libera o no los 8.000 millones de euros del sexto tramo del préstamo concedido a Grecia el pasado año, unos fondos necesarios para que el país pueda seguir pagando pensiones y salarios.

Con todo, el Gobierno griego se mostró hoy confiado en que los inspectores que han de recomendar ese desembolso regresen pronto a Atenas para seguir con una misión que abandonaron el 2 de septiembre ante la falta de avances en la aplicación de medidas de ahorro.

"Nos encontramos en un muy buen punto en todas las negociaciones", declaró al respecto el portavoz oficial griego, Ilias Mosialos, a la emisora ateniense Vima FM.

De hecho, Atenas confía en que los inspectores del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea y el Banco Central Europeo regresen esta misma semana, si bien Bruselas insistió hoy en que no hay fecha prevista para ese retorno, aunque podría producirse pronto.

"Estamos discutiendo sobre la forma de alcanzar las metas (de reducción del déficit) en 2013 y 2014, después de haber cerrado ya los dos años anteriores", dijo Mosialos, quien reafirmó la determinación de Grecia de "mantenerse en la zona del euro".

La política de ahorro será mañana la protagonista de una sesión del Parlamento en la que se votará un nuevo impuesto sobre la propiedad inmobiliaria con el que el Ejecutivo socialdemócrata quiere recaudar 2.000 millones de euros hasta finales de año.

Con una apretada mayoría de 154 de los 300 diputados, el Gobierno confía en sacar adelante una medida que no ha gustado a muchos de los miembros del partido gubernamental Pasok.

De hecho, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, ha apelado al sentimiento de patriotismo y al deber nacional de sus diputados para dar el visto bueno a esta tasa.

Una lealtad que será puesta también a prueba cuando en octubre se debata un nuevo paquete de recortes, que meten la tijera a las pensiones, los sueldos públicos y la plantilla de funcionarios.

Según los medios griegos, el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, presentó ayer al FMI un listado de medidas que comprenden, entre otras, una reducción adicional del 20 por ciento en los salarios, un recorte del 4 por ciento a las pensiones y el envío a la reserva, un paso previo al despido, de 30.000 funcionarios.

Con esas promesas de ahorro y austeridad, Panadréu viaja mañana a Berlín para entrevistarse con la canciller Angela Merkel, dos días antes de que el Bundestag alemán voté la aprobación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, diseñado para asegurar la estabilidad financiera en la eurozona.

Así las cosas, varios medios griegos, como el diario "Kathimerini", especulaban hoy con que el Gobierno esté barajando la posibilidad de poner a prueba su fortaleza, bien mediante una moción de confianza, un referéndum o incluso un adelanto electoral.

"Los que hablan ahora de elecciones no son conscientes de las dificultades que atraviesa el país. Las elecciones se celebrarán al final de la legislatura", en 2013, negó el Ejecutivo esos rumores por boca de Mosialos.

Mientras tanto, los sindicatos mantienen su oposición a la estrategia de recortes aplicada por el Gobierno y han convocado dos huelgas generales para los días 5 y 19 de octubre, que se sumarán a la casi diaria sucesión de paros y protestas sectoriales, como la que desde hace una semana afecta al transporte público.

Adriana Flores Borquez

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