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Guías obstétricas-ginecológicas EEUU se basan en evidencia débil

Reuters

Por Frederik Joelving

A menudo, las guías deprácticas que utilizan los obstetras y los ginecólogos deEstados Unidos carecen de evidencia sólida.

Menos de un tercio de las recomendaciones del ColegioEstadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) surgen deensayos científicos de referencia. El resto proviene deevidencias de la práctica u opiniones de expertos, lo queincluye sesgos personales.

"Eso es un paso atrás cuando falta información", señaló eldoctor Andrew D. Auerbach, profesor de medicina de laUniversity of California en San Francisco, y que no participódel estudio.

Auerbach señaló que las opiniones de los expertos sirvenpara indicar lo que se desconoce, pero eso no siempre setraduce en la mejor práctica para los pacientes.

Las guías ayudan a los médicos a conocer los últimosdesarrollos en su área de trabajo y se consideran una receta dela buena atención.

Pero suelen existir sorpresas: este año, por ejemplo, unequipo halló que apenas una de cada siete recomendacionesterapéuticas de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas deEstados Unidos surgía de ensayos clínicos de alta calidad.

Ahora, el equipo del doctor Jason D. Wright, de la ColumbiaUniversity en Nueva York, revisó las 717 recomendaciones delACOG: el 30 por ciento contaba con evidencia sólida de estudioscontrolados randomizados.

Pero un 38 por ciento provenía de estudios observacionales,de valor limitado, y un 32 por ciento surgía de la opinión deexpertos.

Auerbach, que acaba de incorporarse a la comisión delInstituto de Medicina de Estados Unidos para desarrollar normasde elaboración de guías, dijo: "Es un llamado a contar conevidencia de mejor calidad".

En un editorial sobre el estudio, publicado en Obstetricsand Gynecology, el editor general, doctor James R. Scott,escribió que las guías del ACOG son superiores a las de otrasáreas de la medicina y que los paneles de expertos que laselaboran revisan toda la literatura médica para hallar laevidencia más importante, a la vez que excluye a los expertoscon conflictos de interés.

Eso, para el doctor Sheldon Greenfield, que preside lacomisión del Instituto de Medicina, es clave para elaborarbuenas guías.

El tercer elemento es asegurar que el panel redactorrepresente a todos los interesados, incluidos médicos de otrasespecialidades y pacientes. Entonces sí, aseguró, queda espaciopara las opiniones.

FUENTE: Obstetrics and Gynecology, septiembre del 2011

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