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Guillermo Arriaga debuta y mantiene a salvo su marca

El guionista mexicano presenta Lejos de la tierra quemada y se aleja para siempre de Iñárritu

SARA BRITO

Los mexicanos no somos un lobby en Hollywood, sino unos lobitos', decía entre jocoso e irónico Guillermo Arriaga, al presentar en Madrid y junto al actor mexicano José María Yazpik (Sólo quiero caminar) su primer filme como director, Lejos de la tierra quemada, un drama de historias entrelazadas, que se estrena el próximo viernes.

El guionista de la trilogía que coronó a Alejandro González Iñárritu como el director mexicano más adulado al otro lado del Río Grande (y que excuse Guillermo del Toro), dejó claras unas cuantas obsesiones a lo largo de su encuentro con la prensa: su inclinación por el efectismo dramático, no sólo en sus guiones, y su empeño por desmarcarse del director de Babel y mostrarse como un cineasta independiente. 'No pertenezco al grupo de directores que encabeza mi ex colega. Con Alejandro no tengo ninguna relación y no creo que vuelva a tenerla', afirmó.

En su primera aventura como director, a Arriaga no le ha faltado la buena compañía. La actriz Charlize Theron ha ejercido de protagonista y productora y ha sabido atraer no sólo un presupuesto de 20 millones de dólares, sino a Kim Basinger, cuya interpretación está entre lo mejor de la cinta. 'Querría que Charlize se convirtiera para mí en lo que es Leonardo Di Caprio para Scorsese', explica.

El director mexicano se negó a poner en los créditos aquello de 'una película de Guillermo Arriaga', un guiño que va directo a su ex colega Iñárritu. Hay que recordar que la ruptura entre los dos creadores se debió al resbaladizo concepto de autoría, que para Arriaga, por la cuenta que le traía entonces, iba más allá de la firma del director.

En esta producción, 100% Hollywood, el escritor que ganó el premio al mejor guión en Cannes 2005 por Los tres entierros de Melquíades Estrada, no se aparta de los rasgos que ha convertido en marca: la descomposición temporal, el espaguetti narrativo, un accidente como desencadenante dramático, la frontera y la redención.

'Si les pidiera que se miren las manos, lo harían?', preguntó Arriaga en tono solemne, en medio de la conversación. '¿Saben en qué se van a convertir sus manos? En las de un cadáver. Vivimos en una sociedad que niega toda decadencia', dijo, midiendo los silencios. 'En mi cine, me interesa la muerte desde el punto de vista de cómo nuestros muertos inciden en la construcción de nuestra identidad'. Este es un asunto sobre el que reflexiona en su ópera prima.

Lejos de la tierra quemada pone en juego a una serie de personajes de los que no conocemos el vínculo en principio: Mariana (Jennifer Lawrence) es una joven que trata de averiguar qué hace su madre en sus ausencias reiteradas; Sylvia (Charlize Theron), una mujer que vive en Portland cargada de un enorme lastre; Gina (Kim Basinger), un ama de casa de Nuevo México que tiene un amor clandestino y María (Tessa La), cuyo padre sufre un accidente de avión. En la película cada una de las historias está influida por uno de los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire.

Arriaga defendió su forma de contar historias como la más orgánica: 'Mi obligación es encontrar dentro de los huesos de la historia cuál es la mejor estructura. Todos somos contadores de historias y nunca he visto a nadie contar algo de forma líneal. En la vida vamos de un lado a otro'.

Después de una recepción tibia en la Mostra de Venecia, Lejos de la tierra quemada desembarca en España, mientras espera que la crisis no siga retrasando los lanzamientos en México y Estados Unidos. Entre promoción y promoción, Arriaga ultima dos proyectos: Cielo abierto y El sol del venado. 'Tenía que haber empezado a dirigir mucho antes', zanjó.

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