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Habrá más agua para Daimiel

El Gobierno aprobará un trasvase de urgencia. Los ecologistas consideran que la medida es 'contraproducente'

MARÍA GARCÍA DE LA FUENTE

El último intento para que el Parque Nacional de Tablas de Daimiel (Ciudad Real) 'no sufra daños irreversibles' comenzará el próximo 3 de noviembre cuando la Comisión de Desembalses apruebe una transferencia urgente de agua al parque. Esto permitirá que se llegue a la primavera 'con una superficie inundada muy importante', anunció ayer el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu. El trasvase se realizará a través de una infraestructura que se está construyendo.

Pero este paraje sufre falta de agua desde hace 40 años. En los años setenta del siglo pasado 'una extensión salvaje de regadíos acaba con los recursos hídricos del subsuelo' de Tablas de Daimiel y ya entonces 'la turba comienza a arder, bien de forma espontánea o inducida por incendios en tierras colindantes', con el agravante de que el río Guadiana 'queda definitivamente seco, produciéndose un desastre ecológico y geológico de graves consecuencias', según relata la crónica de los inicios del Parque Nacional de Tablas de Daimiel, declarado en 1973 precisamente para intentar acabar con la desecación de este paraje y recuperar un ecosistema de humedales. Desde hace 30 años el trasvase Tajo-Segura, inaugurado en 1979, desvía agua para revivir un parque que nació sin ella.

El Gobierno seguirá comprando fincas para detraer agua de los cultivos

Puxeu señaló ayer que 'la primera urgencia es apagar la zona de ignición y la segunda es tener una zona inundada importante para que las aves recuperen su hábitat'.

El trasvase Tajo-Segura se diseñó con la previsión de transferir 1.000 hectómetros cúbicos a Murcia y Alicante, pero esta cifra nunca se alcanzó. De hecho, la ley prevé que por debajo de los 240 hm3 almacenados en los embalses de la cabecera del Tajo no se pueda trasvasar al Segura, esta excepción sí se ha cumplido y el parque nacional también lo ha sufrido.

Además del trasvase, que los ecologistas consideran 'contraproducente', el Ministerio de Medio Ambiente comenzó la legislatura pasada la compra de fincas en el entorno del parque para detraer agua de los regadíos y destinarla al parque. Hasta el momento se han adquirido 1.400 hectáreas y Puxeu anunció ayer que el 29 de octubre se comprarán otras 150 hectáreas, que en su conjunto 'permitirán mantener la titularidad de los derechos del agua y la capacidad de regeneración del parque'.

'La turba empieza a arder', se podía leer ya en las crónicas de 1973

Por otra parte, el Ministerio de Medio Ambiente ha informado a la Comisión Europea sobre las actuaciones que lleva a cabo para preservar el parque nacional. 'No hay ningún procedimiento de infracción ni ningún expediente abierto, lo que sí hay es una comunicación fluida con las autoridades de la Unión Europea que, como nosotros, están preocupadas', explicó Puxeu.

 

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