Hacienda quiere evitar que la crisis sea una excusa para dejar de pagar impuestos. El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, señaló ayer que las actuaciones de la Inspección fiscal 'se están afinando y corrigiendo el tiro', para impedir que aumente la economía sumergida.

Una de las actuaciones será un control periódico en profundidad de empresarios y profesionales, según el director general de la Agencia Tributaria, Luis Pedroche. 'Vamos a realizar un análisis trimestral de cómo se están comportando sus declaraciones de impuestos y si los datos se corresponden con una caída de la actividad de acuerdo con las estimaciones que hemos realizado, o si están dejando de declarar', dijo Pedroche.

La propia crisis va a hacer posible que Hacienda reoriente sus objetivos. Por ejemplo, el sector inmobiliario que, sin dejar de ser uno de los principales focos, 'en este contexto de crisis lo es menos', según Ocaña.

Ya en 2008, Hacienda puso su lupa sobre 754 menos contribuyentes relacionados con el ladrillo que un año antes (un 8,9% menos, en términos relativos). Sin embargo, se descubrió más fraude: 1.315 millones de euros, un 7,5% más que en 2007. Pedroche apuntó que el menor número de contribuyentes inspeccionados tiene que ver con la contracción del sector, pero que 'la selección de los objetivos ha sido más certera'.

Los responsables de la Agencia Tributaria presentaron el balance de las medidas antifraude en 2008, que permitieron recaudar 8.054 millones de euros, un 8,3% más que en 2007. De dicha cantidad, 1.536 millones fueron ingresados por contribuyentes que regularizaron voluntariamente su situación fiscal. El resto, 6.518 millones, se logró de las actuaciones de control, sobre todo en el IVA.

Una de las actuaciones más llamativas es el control de operaciones que han utilizado billetes de 500 euros, donde se ha descubierto un fraude de 308 millones; de éstos, 26,4 millones son de 17 casos de delito remitidos a la Fiscalía