Gabriel Heinze, defensa argentino del Real Madrid, reflexionó sobre la desilusión del madridismo tras la quinta eliminación consecutiva en Liga de Campeones, ahora ante el Liverpool, y dijo que "cuando las cosas van mal" siente que está en "el peor club del mundo", por la presión que rodea a su equipo.

"En el Real Madrid cuando las cosas están muy bien todo va genial, es de los mejores del mundo, pero cuando las cosas van mal es el peor club del mundo por tanta presión y responsabilidad", admitió en la sala de prensa de la ciudad deportiva de Valdebebas.

Heinze, "triste" por la imagen dada en Anfield, instó a sus compañeros a luchar hasta el último partido de la temporada, para optar a conquistar el título de Liga y hacer olvidar un nuevo fracaso en Europa.

"Sé lo que soy y la camiseta que defiendo. Me siento un privilegiado por estar en este club. Hasta el último día que esté llevaré la cabeza bien levantada. A nivel de grupo hay que agacharla y tirar para adelante", dijo.

"Si lo hacen diez jugadores, el resto tira también porque es un grupo fuerte y bueno, que ya pasó malos momentos en diciembre. Ahora tenemos que meternos de nuevo en la lucha por la Liga", añadió.

El defensa madridista admitió la superioridad del Liverpool. "Es un palo muy duro caer eliminado pero fue contundente. El rival fue mejor y merece estar en cuartos. Entiendo a la afición. Yo también estoy muy triste. La única solución es ganar el sábado".

Para Heinze de la mala imagen ofrecida ante el Liverpool no se salva nadie, ni Iker Casillas. "Esto es fútbol, aquí nadie se salva. No hay héroes ni villanos porque estamos todos eliminados. Somos un grupo y la palabra villano no la voy a aceptar. Se perdió y perdimos, igual que cuando ganamos lo hacemos todos también".

Ahora, siente que es el momento de "buscar fuerza donde no la hay" porque Heinze piensa que en días señalados, como el de Anfield, el jugador sale perdiendo.

"El golpe de ayer fue duro. El futbolista también pierde mucho cuando lo hace en estos partidos, que son los más grandes. En los malos momentos hay que tirar adelante y saber qué representamos. Hay que centrarse en la Liga y sacarla adelante", explicó.

Y no utilizó ninguna excusa para maquillar la imagen ofrecida. "No fue un problema de actitud. La diferencia fue en el juego, el trabajo y el bloque. Lo que pasa en el club influye, pero no es excusa".

"Los directivos no salen a jugar, somos los futbolistas los que lo hacemos. Ayer no estábamos pensando en los problemas del club, sino en nuestra ilusión por ganar. Tenemos que ser profesionales y llegar bien a cada partido", agregó.

Por último, mostró su carácter para ignorar las críticas que señalan que ya no mantiene su buen nivel de la pasada campaña: "Intento que todo me de igual".

"Las cosas malintencionadas cada uno las lleva como quiere, pero yo no les doy importancia. El Real Madrid es un club muy grande y veo normal la crítica. Cuando vienen las cosas malas hay que tirar adelante y mantener el equilibrio", concluyó.