El que fuera el médico personal de Michael Jackson, Conrad Murray, ha decidido romper su silencio. En un vídeo publicado en Internet, Murray pretende desprenderse de cualquier responsabilidad en la muerte del rey del pop aunque en ningún momento proclama de forma explícita su inocencia.

'He hecho todo lo que podía hacer, he dicho la verdad y tengo fe en que la verdad prevalecerá', dice el médico en el vídeo en el que se le ve compungido y casi con lágrimas en los ojos.

El cardiólogo empleó la mayor parte de su corto discurso de un minuto a dar las gracias por los apoyos recibidos. 'Vuestros mensajes me dan fuerza y coraje y me ayudan a seguir adelante. Significan el mundo para mí', explicó.

Asimismo, asegura que su reclusión se debe a que por 'todo lo que está pasando tengo miedo de contestar llamadas o usar mi correo electrónico, por eso grabo este vídeo para haceros saber que he estado recibiendo los mensajes. No he sido capaz de daros las gracias personalmente que, como sabéis, no es normal en mí'.

El doctor es la piedra angular de las pesquisas policiales para determinar cómo se produjo la muerte del artista con el objeto de aclarar si existió homicidio accidental. Los agentes interrogaron en varias ocasiones a Murray que, según información policial, cooperó con las autoridades que además registraron sus propiedades en Las Vegas en busca de pruebas.

La información aparecida en los medios estadounidenses indica que Murray habría adquirido las medicinas con receta para posteriormente suministrarlas a Jackson, quien al parecer era un frecuente consumidor de fuertes calmantes.

El médico habría inyectado al cantante el anestésico Propofol antes de la muerte del artista, fue el primero en percatarse de que Jackson no respiraba y trató sin éxito de reanimarlo.